Beckham presentó una cuidada y estructurada colección dominada por el negro, el rojo anaranjado y el blanco, y en la que destacaron elegantes vestidos, cortos y largos, pero también numerosas combinaciones de dos piezas, con chaquetas y una selección faldas de corte tenista como protagonista.

Como sorpresa, destacó la elección de numerosos zapatos y botas planos como complemento a unos diseños más relajados que en otras ocasiones pero fieles al estilo que hace las colecciones de Beckham una de las más esperadas de la pasarela neoyorquina.

Entre el selecto público de su desfile se encontraba su esposo, el futbolista David Beckham; la directora de Vogue, Anne Wintour, o la tenista Maria Sharapova, entre otros. EFE