Un estudio científico efectuado por la Universidad de Michigan determinó que la culpa no es de ellas, sino de sus genes. Daniel Kruger, investigador de la Escuela de Salud Pública de esa institución, sostuvo que el comportamiento tan distinto entre ambos sexos en un centro comercial puede explicarse desde una perspectiva evolutiva.

Millones de años atrás, ellas se dedicaban a la recolección de frutos y ellos a la caza, distintas estrategias de supervivencia que se ven reflejadas en la actualidad en su modo de consumir.

Las mujeres llevaban consigo a sus crías para recolectar frutos y seleccionaban sin apuro los que mejor estaban para ser consumidos. Ello hizo que sean más observadoras a la hora de elegir un producto, prestando atención a la calidad de su material, al color y al precio, tal como refiere el estudio publicado por Journal of Social, Evolutionary & Cultural Psychology.

Si tienen niños, ellos siempre serán sus compañeros inseparables dentro del shopping y pueden tomarse todo un día para elegir las compras.

Consultado por Infobae América, el antropólogo Guillermo Echevarría Molloy sostuvo: “El hombre dividió el campo de las realizaciones en públicas y domésticas, reservando las primeras para ellos y las segundas para ellas”.