Desde el principio sabíamos que Kim Kardashian tendría un embarazo excéntrico y, aunque pidió que no le regalaran nada al bebé que viene en camino, a ella y a Kanye West no les ha costado nada abrir la cartera y gastar grandes cantidades de dinero en sus looks.

Aunque ha sido muy criticada por los vestidos que ha lucido durante su estado, Kim decidió hacerse la sorda y no escuchar ninguna crítica y para eso aprovechó su más reciente estancia en París para ir de compras a la tienda Valentino y gastar 6 mil dólares en un solo vestido.

El vestido lo acompañó con unas sandalias Azzedine Alaia que costaron 2.300 dólares.