“Cuando era pequeña siempre mentía sobre las cosas más bobas. En kindergarten le decía a la gente que tenía tigres viviendo en mi ático y un cuarto lleno de oro”, dice.

“Le decía a la gente que era de Hawai, pero tenía acento sureño. Era la más mentirosa sin motivo alguno. Y a medida que crecí pensé: ‘¿Por qué estoy mintiendo a todos?’. Escuchaba a la gente decirme: ‘Suenas como una estúpida’. Así que cambiaba mis mentiras. La única persona a la que le miento ahora es a mi hermana menor, Kylie, cuando le robo la ropa”, relata.

Fue durante su infancia que Kendall soñó en convertirse en modelo. “Para ser honesta esto es exactamente lo que quería ser. Siempre vi a las modelos como mis superhéroes”, dice Jenner quien ha pasado por pasarelas en Nueva York, Londres y París.

Da crédito a su padre, el atleta Olímpico Bruce Jenner, que le infundió gran confianza en sí misma.

“Mi papá lo es todo para mí. Siempre nos daba los más alocados discursos a mí y a Kylie cuando estábamos creciendo, buenas palabras por las que regirnos. ‘Sueña grande, trabaja duro’. Mis padres hicieron de Kylie y de mí unas workaholics. Eso es algo que aprecio mucho”, comenta quien ha trabajado con Marc Jacobs y Channel.