Después de cuatro días de desfiles ininterrumpidos, la Barcelona Bridal Week cierra sus puertas con el que es uno de los desfiles más esperados de la temporada, el de Pronovias, que tuvo lugar en el Museu Nacional d’‘Art de Catalunya (MNAC), un enclave que acogió a más de dos mil invitados.

Un inmenso reloj en el fondo de la pasarela, increíbles lámpara de araña en el techo, sillas doradas… conforman el escenario del desfile por donde han caminado tops internacionales como Romee Strijd, Constance Jablonski y Cindy Bruna, o la española Blanca Padilla.

Pero, sin lugar a dudas, la más esperada era Irina Shayk. La top rusa acudió al ensayo del desfile y posó durante unos minutos ante la prensa. Luciendo un espectacular naked dress, quizás uno de los más sexys de la colección, en color champagne y cuajado de cristales, Irina confesó que se siente contenta de volver a España.

“Me encantaría vestirme de novia. Por qué no, con un vestido sexy como este, una segunda piel, o un diseño sorprendente, aunque no descarto algo clásico”, afirmó Irina al tiempo que confesaba estar viviendo un momento muy feliz.