La araña. Comenzamos de pie, con las piernas abiertas a la altura de los hombros. Mueve los brazos hacia atrás, haciendo un círculo por encima de tu cabeza y llévalos hasta el suelo, manteniendo las piernas estiradas. Poco a poco, avanza con las manos hacia delante. Haz una flexión y lentamente vuelve a la posición inicial. Haz 3 series de 10 repeticiones.

La rana. Comenzamos en posición de hacer flexiones, con los dos pies juntos. Llevamos la pierna derecha hacia fuera, flexionándola y con la parte interna del muslo mirando hacia el suelo. Tratamos de llegar con la rodilla con el codo mientras doblamos ligeramente la cintura y volvemos con cuidado a la posición inicial. Hacemos lo mismo con la otra pierna. Hacemos 3 series de 25 repeticiones con cada pierna.

Rodillas arriba. Comenzamos de pie, con las piernas separadas a la altura de los hombros y los brazos doblados hacia arriba. Ahora llevamos nuestra rodilla hacia la barbilla, manteniendo la espalda recta. Cuanto más rápido lo hagamos, mejor, aunque siempre manteniendo el control. Podemos hacer este ejercicio quietas o mientras caminamos, subiendo la velocidad poco a poco. Lo ideal es hacer 3 series de un minuto.

Salto. Esta es la opción perfecta si quieres un poco de cardio, rápido y fácil. Empezamos de pie, con las piernas juntas y los brazos hacia abajo. Saltamos abriendo las piernas y subiendo los brazos. Nuestras manos deben encontrarse sobre nuestra cabeza. Volvemos a saltar para regresar a la posición inicial. Repetimos este ejercicio durante un minuto, añadiendo cada día 20 segundos más.

Fuente: Cosmopolitan