La firma mostró en Milán su “reina de corazones”, su colección para la de la próxima primavera/verano en la que su ya habitual barroquismo se mezcla con berenjenas, zanahorias, lechugas y sobre todo barajas de cartas.

La mujer de los diseñadores Domenico Dolce y Stefano Gabbana es ante todo divertida: viste trajes de chaquetas con vistosas plumas multicolor, elegantes vestidos floreados y, por supuesto, piezas con imágenes sacras, parte importante de su imaginario creativo.

Los italianos proponen una mujer sofisticada y elegante y a otra mucho más irreverente, con pendientes con forma de berenjena, vestidos con lechugas estampadas, pulseras con zanahorias y bolsos con bordados en forma de marisco y decorados con rúcula.

Pero la clave de la colección, que transcurre bajo el lema “el amor es belleza”, consiste en la “reina de corazones”, un mundo que gira en torno a la baraja de cartas, presentes en los estampados de sus prendas o en sus tocados y diademas.

Destacan sus apuestas para las gafas de sol, enormes, llamativas y en un sinfín de formas: flores, azulejos, naipes e incluso manos.

Por su parte, en el marco de la Semana de la Moda de Milán, la firma Trussardi presentó apostó por una mujer a la que, en el próximo estío, imagina viajera, cosmopolita e influida por la estética de la aviación.

Trussardi ha creado una colección en la que destacan colores relacionados con el mundo de la aviación civil y militar, como el azul celeste, el verde caqui, el negro o el beige.

Los vestidos o los monos aparecen ceñidos a la cintura con bandas de nailon que recuerdan a los cinturones de seguridad de las aeronaves, un elemento que está presente en la mayoría de las prendas.

Por la capital milanesa también pasó la diseñadora romana Stella Jean, de orígenes haitianos, que apostó por una mujer inspirada por los motivos étnicos y rodeada de una auténtica explosión de color.

En su amplia colección brillan especialmente los voluminosos vestidos hasta los pies en blanco decorados con detalles como jirafas, peces o motivos africanos.

Algunas de sus composiciones tienen guiños a la cultura andina y latinoamericana, con faldas con volantes combinadas con camisetas en las que puede leerse “Lima” o “La Paz”.

Mucho más sobria fue la propuesta de la firma Mila Schön, que se decantó por los trajes de chaqueta con grandes formas geométricas, sobre todo bandas, así como vaporosos vestidos en amarillo, verde menta y burdeos.

Fuente: EFE