Adriana Lima no es solo una de las cinco mejores modelos del mundo. Es, también, una mujer recién separada. Y aunque su imagen siga transmitiendo un glamour con el que la mayoría solo puede soñar, la herida aún duele.

La brasileña, embajadora de la firma de moda española Desigual, volvió a abrir la pasarela 080 Barcelona Fashion con su contagiosa sonrisa. Recién separada del baloncestista serbio Marko Jaric, su vida se centra ahora en sus hijas, Valentina y Sienna, y en un trabajo, en la pasarela y fuera de ella, que jamás la ha decepcionado.

Ha sido madre en dos ocasiones y, a sus 33 años, continúa perfecta. ¿Cómo se cuida? “Practico boxeo. Me entreno desde hace más de diez años e intento hacerlo tres veces por semana. La dieta también es importante, pero confieso que últimamente he comido bastante mal (risas). No obstante, creo que lo que me mantiene en forma son mis hijas: tienen una energía increíble y me paso la mitad del día corriendo detrás de ellas por la casa. Tener esas dos niñas, ha sido una bendición. Creo que las mujeres necesitamos esas hormonas que generamos al convertirnos en madres. Me veo más guapa que antes de tener a mis hijas, quizá no tanto de cuerpo, pero sí de cara. He cambiado a mejor, he ido madurando y dándole valor a las cosas que lo merecen. El resultado ha sido estar más fuerte y centrada”, explica la top brasilera.

Adriana Lima está considerada una de las mujeres más sexies del mundo. ¿Cuál es su secreto? “El secreto lo tiene Brasil. La sensualidad depende de la actitud, por lo menos para mí. El aspecto es importante, pero en un porcentaje menor. Depende mucho más de estar bien con uno mismo, de ser positivo y hasta de aceptar tus imperfecciones… Eso es sexy”, dice orgullosa.