El Gobierno de Estados Unidos aún no sabe cuando finalizará el traspaso de su Embajada de Tel Aviv a y el embajador, David Friedman, trabaja desde las dos sedes, lo que obliga al presidente estadounidense, , a seguir firmando la orden que impide mover la legación, pese a que esta se inauguró en mayo.

“Estamos evaluando la situación y haciendo planes”, dijo a Efe una portavoz de la Embajada estadounidense, que precisó que Friedman, conocido por su férreo apoyo a Israel, “pasa su tiempo en las dos ciudades, moviéndose de una a otra, no cada día, pero sí cada semana”.

La Casa Blanca inauguró el 14 de mayo su Embajada en Jerusalén a toda prisa y lo hizo trasladando algunas oficinas de Tel Aviv a un edificio ya existente en Jerusalén, que albergaba la sección consular del Consulado General de EEUU, que ejerce como representación diplomática ante los palestinos.

El traslado se hizo en cumplimiento de una promesa electoral de Trump, que ya habían hecho antes otros candidatos presidenciales pero que ninguno levó a efecto, y pese a las críticas de los palestinos y de buena parte de la comunidad internacional, al violar el consenso histórico de no reconocer soberanía en Jerusalén a ninguna parte del conflicto hasta que haya un acuerdo de paz.

Sin embargo, aunque haya una sede – compartida con las dependencias consulares – y las autoridades israelíes se apresuraran a cambiar los carteles de carreteras para indicar que es una Embajada y no un Consulado, el traslado no se ha podido terminar, puesto que aún no hay residencia oficial del embajador en Jerusalén.

“Se ha empezado a planificar, pero aún llevará tiempo”, explicó la portavoz, que dijo que no quiere especular, pero que es posible que Donald Trump tenga que renovar de nuevo la orden, que suspende cada seis meses desde hace años la obligación legal de trasladar a Jerusalén la Embajada, lo que aparentemente choca con el hecho de haberla trasladado.

La actual Embajada, inaugurada a bombo y platillo en presencia del presidente y primer ministro israelíes, Reuvén Rivlin y Benjamín Netanyahu, respectivamente, así como de la hija y asesora de Trump, Ivanka, en realidad alberga solo unas pocas instancias y el grueso de la legación mantiene sus oficinas y su actividad en Tel Aviv.

La Casa Blanca ha reconocido que llevará años quizá incluso una década construir un nuevo edificio que permita trasladar a Jerusalén al personal diplomático que ahora trabaja en Tel Aviv y que de momento son menos de diez los funcionarios desplazados a la Ciudad Santa.

Estados Unidos”:https://laprensa.peru.com/noticias/estados-unidos-328 se convirtió en mayo en el primer país en mover su embajada a Jerusalén y fue rápidamente por Guatemala y Paraguay, dos días y una semana después, respectivamente.

Guatemala se encuentra en trámites de trasladar también la residencia de su embajador, mientras que la representación de Paraguay declina dar ninguna información sobre el estado del traslado.

(Fuente: EFE)