Los juzgados de flagrancia son una herramienta inmediata para enfrentar la delincuencia y reforzar la seguridad ciudadana, recalcó el presidente del Poder Judicial, Víctor Ticona.

Desde el 1 de agosto funciona como plan piloto en la Corte Superior de Tumbes una sala con estas atribuciones. El Decreto Legislativo 1194, recientemente aprobado por el Gobierno, recoge la experiencia.

Para graficar la eficacia, contó que en un conductor en estado de ebriedad fue procesado en solo una hora y 40 minutos, tiempo que pasó entre la captura y la decisión del juez. En un ordinario, este caso demandaría entre ocho y 10 meses.

En una reunión con los titulares del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), el Ministerio Público y del Colegio de Abogados, se acordó impulsar la aprobación del reglamento de las normas penales sobre flagrancia.