El plan de purga de reos al interior de la pandilla Barrio 18, que acabó en el asesinato de 14 reclusos en El Salvador, era conocido por el Gobierno.

Así lo manifestó el ministro de Seguridad de El Salvador, Benito Lara, tras la matanza en la cárcel de Quezaltepeque, en el departamento de La Libertad, perpetrada el sábado 22. La ola de inseguridad en el se agrava con este incidente.

“Sabíamos, lo que siempre se dice en muchos penales, que pueden haber purgas. Eso lo han dicho en muchas oportunidades y nosotros hemos estado muy alertas”, declaró Lara. Esta versión confirma la advertencia del fiscal general de El Salvador, Luis Martínez.

Al respecto, el director general de Centros Penales de El Salvador, Rodil Hernández, aseguró que las víctimas perecieron “de una manera muy silenciosa”, por lo que, según su versión, los guardias no notaran las muertes hasta la hora del conteo.

El Barrio 18 se ha dividido en ‘revolucionarios’ y ‘sureños’, que han desconocido a sus cabecillas y fundadores por encontrarse presos. La madre de uno de los asesinados en el penal también fue asesinada.

Según investigaciones, los primeros serían responsable de las muertes de agentes del Estado. En lo que va de año, 44 policías y 14 soldados, en su mayoría en días de licencia, han muerto en emboscadas y ataques.

A la pandilla 18 se le acusa del paro del transporte público de la última semana de julio, cuando ocasionaron 11 muertos y más de US$60 millones de pérdidas económicas.