El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, defendió este martes su campaña contra las drogas que ha acabado con la vida de más de 5,600 personas en los últimos cinco meses.

prometió continuar su violenta represión antidroga y atacó a sus críticos.

Fue durante la inauguración de un nuevo centro de rehabilitación de drogas en una base militar a 170 kilómetros al norte de la capital.

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