Las fuerzas rebeldes en Siria mataron al menos a 190 civiles y tomaron rehenes a 200 personas durante una operación militar el 4 de agosto, denunció la ONG (HRW). , el incidente ocurrió en un pueblo cercano a la ciudad de Latakia, habitado por miembros del , la rama del Islam a la que pertenece el presidente de ese país, .

sugiere que crímenes contra la humanidad fueron cometidos por algunos elementos dentro del grupo de rebeldes y exige a la ONU que imponga un embargo de armas a todos los grupos sobre los que recae sospechas de cometer crímenes de guerra. En el pasado, HRW también denunció infracciones cometidas por las fuerzas gubernamentales, .

La investigación de la ONG tuvo lugar en septiembre de este año y recoge entrevistas a sobrevivientes de la masacre y soldados de ambos bandos. Según los civiles, los rebeldes ejecutaron a personas desarmadas, incluso cuando huían, y eliminaron a familias enteras. En algunas ocasiones, se llevaron como rehenes a mujeres y niños.

HRW recopiló los nombres de 190 víctimas, entre ellos 57 mujeres, 18 niños y 14 ancianos. Sin embargo, se espera que la cifra de muertos sea mayor, debido a que la cifra de desaparecidos es aún alta.

En respuesta al reporte, el , principal coalición rebelde, descartó que sus fuerzas participaran en la ofensiva, de cuya autoría acusó a grupos extremistas.

HRW indicó que los culpables son grupos rebeldes islamistas, los cuales incluyen combatientes extranjeros y son financiados por agrupaciones en Kuwait y el golfo Pérsico. La guerra civil en Siria, en su mes 31, ha cobrado más de 100 mil víctimas y desplazado a millones de sirios, tanto fuera como dentro del país.