Tres exoplanetas jóvenes que se encuentran en el sistema Kepler 51, descubiertos por el telescopio espacial Hubble de la NASA en 2012, tienen unas densidades de masa tan bajas que, pese a que sus dimensiones son comparables con las de Júpiter, son 100 veces más ligeros que el planeta más grande de nuestro sistema solar.
Nuevos datos del Hubble han proporcionado las primeras pistas sobre la química de dos de estos planetas “súper hinchados”. Orbitan alrededor de una joven estrella similar al Sol a unos 2.600 años luz de distancia de nuestro sistema solar, y sus atmósferas de hidrógeno/helio están tan hinchadas que son casi del tamaño de Júpiter, dice un comunicado de la agencia.
De hecho, tienen una densidad inferior a 0,1 gramos por centímetro cúbico. De allí que se haya comparado la textura de estos planetas con la del “algodón de azúcar”.
Con la ayuda del telescopio Hubble, el equipo de astrónomos buscó la presencia de algunos elementos, especialmente agua, en las atmósferas de los planetas, llamados Kepler-51 b y 51 d. Hubble observó los planetas cuando pasaron frente a su estrella, con el objetivo de observar el color infrarrojo de sus ‘atardeceres”.
Los astrónomos dedujeron la cantidad de luz absorbida por la atmósfera bajo la luz infrarroja. Este tipo de observación permite a los científicos buscar indicadores de los constituyentes químicos de los planetas, como agua.
Como resultado, el equipo de investigadores descubrió que los espectros de ambos planetas no tienen ninguna firma química reveladora. Los científicos atribuyen este resultado a altas nubes de partículas en sus atmósferas.
(Los planetas “superhinchados” son una clase de objetos astronómicos cuya densidad es comparable con el algodón de azúcar. Foto: NASA)
Sin embargo, a diferencia de las nubes de agua de la Tierra, las nubes en estos planetas pueden estar compuestas de cristales de sal o nieblas fotoquímicas, como los que se encuentran en la luna más grande de Saturno, Titán.
El equipo concluyó que las bajas densidades de estos planetas son en parte consecuencia de la juventud del sistema (unos 500 millones de años, frente a los 4.600 millones de años del Sol). Los modelos sugieren que estos planetas se formaron fuera de la “línea de congelamiento” de la estrella, la región de posibles órbitas en las que materiales helados pueden sobrevivir, y posteriormente se desplazaron hacia el interior.
Ahora que los planetas se encuentran más próximos a la estrella, sus atmósferas de baja densidad podrían evaporarse en los siguientes miles de años. “Este sistema ofrece un laboratorio único para probar las teorías de la evolución temprana de los planetas”, afirmó Zach Berta-Thomson de la Universidad de Colorado en Boulder.
(Fuente: RT en español )