Poco después de cerrar el encuentro de obispos católicos que evidenció las profundas divisiones en asuntos como la homosexualidad y el divorcio, el dijo que la iglesia no debería temerlo a los cambios ni a los nuevos desafíos.

Durante un sermón ante 70.000 personas en la Plaza de San Pedro, al cierre del sínodo de dos semanas, Francisco comentó que desea una iglesia católica más compasiva y menos rígida.

El debate terminó el sábado por la noche con la divulgación de un documento final que revirtió una posición inicial que aceptaba a los homosexuales, una iniciativa que habría sido histórica para la Iglesia católica. Sin embargo, su resultado final ya es considerado un revés para el pontífice.

Un borrador del documento final del sínodo fue publicado el lunes e, inmediatamente, obispos conservadores intentaron cambiar las referencias a las personas homosexuales, la vida en pareja fuera del matrimonio y el divorcio. ¿Su argumento? Que generarían confusión entre los fieles y amenazaría a la familia tradicional.

“Dios no le teme a las cosas nuevas. Esa es la razón por la que nos sorprende continuamente, abriendo nuestros corazones y guiándonos de maneras inesperadas”, manifestó el papa antes de agregar que un encuentro definitivo de los obispos se realizará en octubre del próximo año.

Según contó, le dijo a los obispos en la última sesión de trabajo que debían estar atentos a la “rigidez hostil” de ciertas doctrinas conservadora y a la “buena voluntad destructiva” de quienes buscan cambios a toda costa. Además, señaló que la iglesia tiene que “responder con Valentín a cualquier desafío que surja”.

De todos modos, comentó que el sínodo fue “una gran experiencia” porque sus participantes pudieron hablar con “verdadera libertad y creatividad humilde”.

“La iglesia no debe perder tiempo en la búsqueda de sanar viejas heridas abiertas y reactivar la esperanza de muchas personas que han perdido la fe”, añadió.

Los resultados de las votaciones dadas a conocer por el Vaticano mostraron que los tres artículos más polémicos, incluyendo la versión final sobre la homosexualidad, obtuvieron una mayoría absoluta pero no consiguieron los dos tercios necesarios para calificarlas como un consenso generalizado.

En la misa del domingo, Francisco beatificó al papa Pablo VI, quien falleció en 1978.