En su último día en Corea del Sur, el se reunió hoy en Seúl con una docena de líderes de diferentes religiones. Su visita de cinco días concluyó hoy.

El pontífice dialogó con representantes de las dos principales órdenes del budismo, el credo con mayor número de fieles en el país, y con las cabezas del resto de confesiones con presencia importante en el país, como protestantes, ortodoxos y confucianistas.

“La vida es un camino largo, pero que no se puede caminar solo. Les agradezco el gesto de caminar juntos como hermanos en la presencia de Dios”, expresó el jefe de la Iglesia católica, quien les pidió que recen por él.

Durante sus cinco días de estadía, . “La búsqueda de la paz en Corea es una causa que está cerca de nuestros corazones, porque afecta a la estabilidad de toda la región y de todo el mundo, que está cansado de la guerra”, dijo a su llegada.