El papa Francisco dedicó su catequesis de la audiencia general al sufrimiento de los niños por la separación de un matrimonio, pero afirmó que en algunos casos “es inevitable” cuando se hace para proteger a los más débiles.
“A veces (la separación) puede incluso ser moralmente necesaria cuando se intenta proteger al cónyuge más débil o a los hijos más pequeños de las heridas causadas por la prepotencia, la violencia, la humillación, la extrañeza y la indiferencia”, explicó.
Sobre estas situaciones familiares, que el pontífice dijo no le gusta llamar “irregulares”, animó a interrogarse sobre “cómo ayudar o cómo acompañar” a estas familias.
El papa Francisco se detuvo hoy a reflexionar “sobre las heridas que se producen en la misma convivencia familiar”.
“Se trata de palabras, acciones y omisiones que, en vez de expresan amor, hieren los afectos más queridos, provocando profundas divisiones entre sus miembros, sobre todo entre el marido y la mujer”, señaló el pontífice .
Y destacó cómo “si estas heridas no se curan a tiempo se agravan y se transforman en resentimiento y hostilidad, que recae sobre los hijos”.
Para el papa Francisco “cuando los adultos pierden la cabeza, cuando cada uno piensa en sí mismo, cuando papá y mamá se hacen daño, el alma de los niños sufre mucho, siente desesperación y son heridas que dejan huella”.
Y recordó cómo muchas veces los niños que viven estas situaciones se esconden para llorar solos.
También destacó que “no faltan los casos en que los esposos, por la fe y el amor a los hijos, siguen dando testimonio de su fidelidad al vínculo en el que han creído”.
(Fuente: EFE)