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La cifra de muertos por el sismo de 7,7 grados del martes al sudoeste de Pakistán subió a 515 según fuentes gubernamentales, mientras que las labores de rescates son dificultadas por lo remoto de las zonas afectadas y las acciones de los rebeldes separatistas en la provincia de Baluchistán.
El distrito Awaran es el más golpeado por el movimiento telúrico, con 90% de sus edificaciones en ruinas tras el desastre natural, señaló el jueves un funcionario provincial.
Sin embargo, la llegada de ayuda a la región es lenta, ya que también es un bastión de insurgentes, quienes en varias ocasiones han disparado contra los helicópteros militares encargados en hacer frente a la catástrofe, informó BBC News.
Debido a esto, la ayuda llega a través de carreteras en mal estado en territorio controlado por los sediciosos. Los habitantes de la localidad reclaman ayuda médica, comida y tiendas de campaña. Los Frontier Corps, la fuerza paramilitar oficial de Pakistán, es la encargada de dirigir las labores de rescate.
La intranquilidad del país asiático fue demostrada hoy en un atentado suicida al norte del país en el que murieron 17 personas y 34 quedaron heridas. El incidente ocurrió en la ciudad de Peshawar de la provincia Khyber Pakhtunkhwa, indicó la cadena británica.
