Un informe de la (OMS) advierte que la medicina está perdiendo su efectividad de tratar las infecciones comunes debido a la creciente resistencia de las bacterias a los antibióticos en todas las regiones del mundo.

“En ausencia de medidas urgentes y coordinadas por parte de muchos interesados directos, el mundo está abocado a una era postantibióticos en la que infecciones comunes y lesiones menores que han sido tratables durante decenios volverán a ser potencialmente mortales”, ,

Destacó que todas las naciones del mundo deben tomar medidas importantes para mejorar la prevención de las infecciones, además de nuestra forma de producir, prescribir y utilizar antibióticos a riesgo de que estos medicamentos pierdan su efectividad de manera progresiva.

El informe, titulado Antimicrobial resistance: global report on surveillance (Resistencia a los antimicrobianos: informe mundial sobre la vigilancia), señala que la resistencia está afectando a muchos agentes infecciosos distintos, pero se centra en la resistencia a los antibióticos en siete bacterias responsables de infecciones comunes graves, como la septicemia, la diarrea, la neumonía, las infecciones urinarias o la gonorrea.

Los datos son muy preocupantes y demuestran la existencia de resistencia a los antibióticos, especialmente a los utilizados como ‘último recurso’, en todas las regiones del mundo.

En las Américas, el informe indica que hay una elevada resistencia del E. coli a las cefalosporinas de tercera generación y a las fluoroquinolonas, dos clases importantes y muy utilizadas de fármacos antibacterianos.

La resistencia del K. pneumoniae (principal agente causal de la neumonía) a las cefalosporinas de tercera generación también es elevada y generalizada. En algunos entornos, hasta un 90% de las infecciones por S. aureus son resistentes a la meticilina, lo cual significa que el tratamiento con los antibióticos habituales no funciona.

Según el OMS, las personas pueden contribuir a paliar esta situación utilizando los antibióticos únicamente cuando los haya prescrito un médico; completando el tratamiento prescrito, aunque ya se sientan mejor; y no dándoles sus antibióticos a otras personas ni utilizando los que les hayan sobrado de prescripciones anteriores.