Svetlana Alexiévich, ganadora del Premio Nobel de Literatura 2015, enarboló en su discurso de aceptación del galardón a las “voces humanas solitarias”.

En Estocolmo, donde recibirá la distinción el jueves 10, la recordó a las personas a las que ha escuchado durante 40 años para contar, a través de la vida cotidiana, la Historia.

Se necesita una literatura que vaya más allá de la literatura. Es el testigo quien debe hablar. Me interesa la vida cotidiana del alma, esa que la gran Historia no suele tener en cuenta”, manifestó Alexiévich, quien expresó durante su exposición que se sintió acompañada de esas cientos de memorias.

La Academia destacó “su obra polifónica, un homenaje al sufrimiento y al coraje en nuestro tiempo”. Alexiévich ha dotado de palabra a las mujeres rusas en la Segunda Guerra Mundial y a las víctimas de la explosión nuclear de Chernobil en monumentales.

“La gente quiso instaurar el reino de los cielos en la Tierra. Y al final, solo quedó un océano de sangre y millones de vidas arruinadas por nada. El tiempo de la esperanza ha sido reemplazado por el tiempo del miedo. El tiempo ha dado marcha atrás, vivimos en una época de segunda mano. Dejamos pasar la oportunidad que tuvimos en los años noventa. En respuesta a la pregunta: ¿qué debemos ser, un país fuerte o bien un país digno donde se pueda tener una buena vida? Elegimos la primera opción: un país fuerte. Así hemos vuelto a los tiempos de la fuerza”, cuestionó.


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Posted by La Prensa on domingo, 6 de diciembre de 2015


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