Michael Keaton goza de un reconocimiento esquivo desde los años 90 por su interpretación en Birdman, película de Alejandro González Iñárritu que le ha merecido una nominación a los Globos de Oro y que lo coloca como fuerte candidato al Óscar.

El conversó con sobre la cinta que le ha devuelto los aplausos, el oficio de actor y la industria del cine de hoy.

“Si se trata de una autobiografía de alguien es del propio Alejandro. No creo que este personaje hable más de mí que cualquier otro que haya hecho en mi vida (…) Es inevitable pensar que hay paralelismos. No creo ser tan patético como él…Ni tampoco tan valiente”.

“Es cierto que se ven y se hacen muchas estupideces en un sitio como Hollywood, pero no tiene que ver con el hecho de que seamos artistas. Creo que es más bien cosa de la propia condición humana”.

“El mundo entero se ha convertido en un gran mall, el mismo gran centro comercial vayas donde vayas. Algo parecido le ha ocurrido a la industria del cine. Antes había más diversidad y ahora se ha estandarizado todo. Todo está en manos ahora de grandes corporaciones”.

“Mi trabajo es igual de duro en una película de US$200.000 que en otra de 200 millones. Quizás, por el tiempo de rodaje, en una película pequeña tienes más presión y el trabajo es más intenso. Es más aburrido trabajar en un blockbuster. Tal vez por eso te pagan más en estas últimas”.

“No soy ni he sido nunca lo que se entiende como una estrella (…) Creo que ahora aprecio más lo que hago porque soy consciente de que el mío es un trabajo bien extraño que no tiene nada que ver con nada”.