El hallazgo de 32 cuerpos en fosas clandestinas, secuestros masivos y el asesinato del actor en evidencian que la violencia del crimen organizado sigue siendo uno de los principales desafíos del Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.

La fiscalía del estado sureño de Guerrero informó el jueves el fin de las excavaciones en 17 fosas clandestinas, de las cuales y 9 cabezas en el Cerro Tenanchitla, municipio de Zitlala.

El fiscal de Guerrero, Xavier Olea, dijo hoy que los 32 cuerpos fueron enterrados hace tres o cuatro meses, y que dos de ellos corresponden a mujeres.

Los 32 cadáveres fueron exhumados junto con 9 cabezas cercenadas, apuntó el fiscal, quien añadió que ahora se revisarán los reportes de desapariciones de los últimos meses para tratar de determinar si algunos corresponden con los cuerpos.

Las autoridades tienen indicios de que el lugar donde encontraron los cuerpos era un campamento de la organización criminal Los Rojos, que mantiene una férrea lucha con el grupo de Los Ardillos por el control del trasiego de la amapola en el estado, y creen que hay más fosas hacia la parte alta de la montaña.

En Guerrero, que vive uno de sus picos más altos de violencia, fueron secuestrados hace una semana diez campesinos en el municipio Ajuchitlán, de los cuales tres lograron escapar y siete permanecen en manos del grupo criminal los Tequileros, cuyo líder está herido.

Olea dijo que mantienen la búsqueda “arriba en la sierra” y que están cerca porque la mañana de este viernes los agentes hallaron un campamento “con comida más o menos fresca”.

El objetivo es presionar a los secuestradores para que liberen a sus víctimas, por las que piden a sus familiares 500.000 pesos (unos 24.200 dólares).

Guerrero es uno de los estados más violentos del país, con centenares de muertos desde la desaparición de 43 estudiantes de la escuela para maestros de Ayotzinapa en septiembre de 2014 en Iguala a manos de policías corruptos y miembros del grupo criminal Guerreros Unidos.

Este viernes, el país se vio sacudido por otro caso de violencia, esta vez en el central Estado de México, donde el actor Renato López fue en un vehículo en el municipio de Jilotzingo.

El cuerpo de López, protagonista de la película “Macho” (estrenada el fin de semana pasado en México) y conductor de programas de televisión, fue encontrado junto al de Omar Girón, agente de relaciones públicas de CMX, la agencia que representaba al actor.

Siete de los municipios del Estado de México están en la lista de los 50 con más homicidios del país. Además, concentra el mayor número de homicidios de mujeres, 406 o 17 % del total registrado a nivel nacional en 2015.

En esa entidad, la más poblada de México, los asesinatos de mujeres bajaron entre 1994 y 2004, pero en 2008 comenzó un “repunte progresivo”, según el instituto de estadísticas del país.

El organismo señaló que entre 2013 y 2015, ya durante el mandato del presidente , iniciado en diciembre de 2012, un promedio de siete mujeres fueron asesinadas a diario en todo México, mientras de 2001 a 2006 la cifra era de 3,5.

En cuanto a los homicidios en general, de enero a septiembre de este año se registraron más de 29.000 homicidios en el país, de los que 16.747 fueron dolosos, una cifra que ha aumentado mes a mes y que, de persistir la tendencia, convertirá 2016 en el año más violento desde la llegada al poder de Peña Nieto.

“Vivimos una emergencia desde hace décadas y ningún Gobierno ha logrado definir, crear ni consolidar una política pública de seguridad que sea transexenal y de Estado”, denunció este mes la presidenta de la organización no gubernamental Ciudadanos por una Causa en Común, María Elena Morera.

Durante el V Foro Nacional Sumemos Causas por la seguridad: Ciudadanos + Policías, con Peña Nieto como principal invitado, Morera aludió a una “inseguridad definida por grandes niveles de violencia” y una “descomposición crónica de las instituciones de seguridad y justicia”.

Para Enrique Peña Nieto, la radiografía que hizo Morera – una experta en lanzar “dardos muy duros”, dijo – no se ajusta del todo a la realidad. Si bien reconoció que en 2016 hubo un “repunte” de la violencia, afirmó que las autoridades lo tratan de revertir “con coordinación y esfuerzos muy específicos”.

“Por supuesto, no estamos satisfechos”, comentó el mandatario, y admitió que hay todavía “mucho trabajo por hacer”.

(Fuente: EFE)