La justicia de México desistió de los cargos penales contra el subcomandante Marcos, líder del movimiento zapatista, por prescripción de los delitos de los que lo acusaban.

El Consejo de la Judicatura Federal (CJF) informó que la del levantamiento campesino e indígena iniciado en 1994 en Chiapas quedó libre de denuncias por sedición, motín, rebelión, terrorismo y conspiración, entre otros delitos que también pesaban sobre 12 compañeros de armas.

Las leyes de disponen que de no abrirse una acción judicial a más de la mitad de tiempo de la condena por el delito de mayor gravedad, en este caso los 40 años por terrorismo, procede el cierre de las imputaciones.

“El juez Juan Marcos Dávila Rangel, titular del Juzgado Primero de Distrito en el estado de Chiapas, informa que decretó el sobreseimiento por prescripción de la acción penal a favor del subcomandante Marcos y 12 personas más”, indicó el organismo.

El guerrillero se alzó por los derechos humanos y políticos de los pueblos indígenas. Con la rebelión, que dejó un saldo de 300 muertos por lado de la guerrilla y las autoridades de México, se hizo del control de comunidades que mantienen una suerte autogobierno en el sur, en la frontera con Guatemala. Tras meses de negociaciones, el profesor de filosofía Sebastián Guillén, personaje detrás del pasamontañas, cedió al desarme. En los documentos penales nunca se consignó su verdadero nombre.

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