Alrededor de tres mil ambulantes y 500 carretilleros entorpecen el tránsito por el emporio comercial Mesa Redonda durante esta temporada navideña, poniendo en peligro tanto a vendedores como compradores al obstruir el paso por las rutas de evacuación a la avenida Abancay, elegida por Defensa Civil como ruta de escape en caso de desastre.
Una situación similar – aunque en mayor grado- de tugurización y sobreocupación de mercadería se experimentaba en esta zona comercial cuando ocurrió el incendio del 29 de diciembre de 2001, que cobró la vida de más de 400 personas y pérdidas económicas de más de diez millones de dólares.
Según confirmó El Comercio, los vendedores ambulantes ocupan todos los espacios libres en los jirones Puno, Ayacucho, Andahuaylas y Cusco. Esta situación no solo incrementa el riesgo de muertes en caso de un desastre, sino que también ahuyenta a los turistas y facilita la labor de los ladrones, se quejaron los empresarios formales de la zona.
“Tras mucho trabajo llegamos a S/.700 millones de ventas por Navidad en 2012. Este año buscamos ingresos por S/.805 millones, pero si el público se va es porque no hay garantías. ¿Cómo vamos a trabajar?”, se lamentó César Calderón de la Asociación de Comerciantes de Jirón de la Unión.
El retorno progresivo de ambulantes al Cercado de Lima es un problema que data de inicios de 2011, pero que recrudeció en marzo de este año.
La Municipalidad de Lima indicó que solo dio permisos para ocupar la vía pública a 100 ambulantes, pero que muchos otros falsifican chalecos y logos en sus puestos para burlar la fiscalización. Unos 135 serenos y 20 fiscalizadores patrullan cada día por Mesa Redonda como parte de una campaña de la comuna limeña.
El gerente de Fiscalización de Lima, Álvaro Anicama, negó que los ambulantes continúen trabajando porque la actual gestión es ineficiente o permisiva, sino que esta prefiere antes dialogar que reprimir. Indicó que algunos vendedores tienen el permiso en trámite y que, si no lo obtienen, serán retirados.