Diez países árabes mostraron este miércoles su compromiso en El Cairo de proteger el patrimonio histórico de Oriente Medio ante los robos y los saqueos por parte de los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) en Irak, Siria y Libia para financiar sus operaciones.

En declaraciones a Efe, el ministro iraquí de Turismo y Antigüedades, Adil Fahd Shrshab, advirtió de que el patrimonio histórico es “un arma en manos” de los terroristas que utilizan ese dinero para financiarse, y aseguró que hay que ser conscientes de la amenaza de los yihadistas en todo el mundo, además de en la región.

El Cairo acoge entre este miércoles y el jueves el primer congreso internacional para la protección del patrimonio de la humanidad bajo el lema “Unidos por el patrimonio”.

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En el encuentro participan organizaciones como Unesco o Interpol, así como representantes y ministros de Libia, Omán, Sudán, Arabia Saudí, Emiratos, Egipto, Irak, Jordania, Kuwait y el Líbano.

“Todos tenemos el sentimiento de que nos acecha un gran peligro y debemos proteger nuestro patrimonio de la amenaza de fuerzas externas que quieren hacerlo desaparecer. Tenemos una posición común y unida para afrontar este problema”, explicó a la prensa el ministro egipcio de Antigüedades, Mamduh al Damati.

El ministro aseguró que se trata de enviar un mensaje conjunto para todo el mundo. “Somos conscientes, cooperaremos y trabajaremos juntos para proteger nuestro patrimonio, que no es solo nuestro sino de toda la humanidad”, precisó.

Por su parte, el ministro iraquí de Turismo y Antigüedades explicó que hay una intención verdadera para adoptar “estrategias y herramientas reales” y afrontar la amenaza “mundial” que representa el terrorismo.

“Principalmente debemos evitar que estos grupos terroristas se sigan financiando y una de sus principales fuentes es el dinero que obtienen de la venta de las piezas que saquean de los lugares bajo su control”, precisó Shashab.

Al igual que Siria, Irak sufre una situación “muy grave”, describió su ministro, que detalló que “va más allá del simple robo de piezas” ya que se trata de un grupo terroristas “que está saqueando petróleo y patrimonio” de todo el país.

Desde finales de febrero, los radicales han destruido las ruinas asirias de Nimrud del siglo XIII a. C. y de la ciudad de Hatra, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco; el Museo de la Civilización de la ciudad de Mosul, capital de Nínive; y el yacimiento de Dur Sharrukin, capital asiria durante parte del reinado de Sargón II (722 – 705 a. C.).

Por eso, según advirtió Shrshab, se debe adoptar “una estrategia sobre el terreno”, para poder actuar “en tiempo real” y conseguir “victorias reales” contra los terroristas.

Mientras tanto, el ministro jordano, Nayef al Fayez añadió a Efe que la labor de su país es la de “cooperar y evitar” que se utilice Jordania como terreno de tráfico de las piezas robadas de Irak y Siria, y apoyar a esas naciones “inestables e inseguras” a proteger su patrimonio.

“Las piezas que nos llegan las almacenamos e investigamos su procedencia, para finalmente devolverlas a sus países”, agregó.

El patrimonio libio también sufre la violencia del terrorismo del Estado Islámico, así como el caos consecuente de la guerra civil que derrocó al dictador Muamar al Gadafi en 2011.

El presidente de la Autoridad de Antigüedades de Libia, Ahmed Husein Yunes, hizo hincapié en que si la comunidad internacional quiere tomar una decisión “urgente y rápida”, la mejor medida será alejar el peligro de los lugares históricos y protegerlos.

Para Yunes, ese peligro, en Libia, está representado en los grupos extremistas y se necesita el apoyo del Ejército para realizar labores de protección del patrimonio histórico de su país.

(Fuente: EFE)