La región del Cusco, en el sur de los Andes del , fue reconocida con el premio nacional de buenas prácticas en gestión pública por promover la milenaria técnica de la siembra y cosecha del agua como método para adaptarse a los efectos del cambio climático en el .

La distinción, recibida por el gobierno regional del , fue en la modalidad de gestión ambiental efectiva por el proyecto Cosechando agua para adaptarnos a los efectos del cambio climático.

El proyecto se realizó en el municipio andino de Sangarará y consistió en alimentar los recursos acuíferos mediante la recuperación de la cobertura vegetal, el tratamiento de los suelos, y la retención de las aguas pluviales en lagunas, una técnica favorable para el

Entre los resultados obtenidos destaca una reserva de medio millón de metros cúbicos de agua de lluvia gracias a la construcción de una presa, además de 120 hectáreas de bosque reforestadas.

El gobernador regional de Cuzco, Edwin Licona, comentó al recibir el premio que cada proyecto orientado a mejorar la capacidad hídrica de los agricultores andinos puede retener al menos cuatro millones de metros cúbicos de agua, lo suficiente para regar 1.509 hectáreas, con lo que se reduce el estrés hídrico que afecta al medio ambiente.

La siembra y cosecha del agua era practicada por las civilizaciones prehispánicas, quienes elaboraban canales para conducir el agua de las lluvias a lagunas o a sumideros naturales que alimentaban los pozos y los acuíferos subterráneos utilizados para el consumo humano y la agricultura.

El Perú está considerado como el tercer país del mundo más vulnerable al cambio climático por la acelerada pérdida de sus glaciares, lo que puede conllevar períodos más largos de sequía tanto en la cordillera de los Andes como en su costa del océano Pacífico.

Fuente: EFE