Leïla Slimani ganó el Premio Goncourt, el más prestigioso de las letras francesas, con Chanson douce, crónica del asesinato de dos niños perpetrado por una niñera en Estados Unidos.

El libro había convertido a la , nacida en Marruecos hace 35 años, en una de las revelaciones literarias de Francia. El galardón entrega un premio simbólico de solo 10 euros, pero garantiza millares de copias vendidas, hasta unas 400.000 en los mejores casos.

“Se lo dedico a mis padres, que me enseñaron lo que era amar la literatura y la libertad. De pequeña tuve niñeras en Marruecos. Desde niña fui sensible al lugar que esas mujeres ocupaban en mi casa. Las queríamos como madres y, a la vez, eran extrañas que estaban sometidas a relaciones jerárquicas. Me conmovía eso y las humillaciones que podían sufrir. Me apeteció rendirles un homenaje. Son personajes muy novelescos, que dicen mucho de nuestra sociedad”, declaró, citada por , en el restaurante parisino Drouant, donde se entrega el Goncourt desde 1904.

La segunda novela de Slimani se inspiró en un doble infanticidio cometido en un barrio elegante de Nueva York en 2012. A través del retrato psicológico y social, analiza cómo el dinero genera relaciones de dominación.

Otra escritora, la laureada dramaturga Yasmina Reza, se llevó el Premio Renaudot, por la novela Babylone, centrada en la delgada línea entre civilización y barbarie por la que transitan obras de Reza como Un dios salvaje, llevada al cine por Roman Polanski.

Es la cuarta vez que dos mujeres ganan el mismo año los dos mayores premios de la literatura francófona.

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