Rocío Castrillo, periodista andaluza, aparece en la escena literaria para desarrollar su instinto natural sobre el papel, y de manera legítima y estimable nos aborda con su tercera novela: “En el Fin de la Tierra”, un material imperdible, rico en matices, incógnitas y hechos por desvelar. Rocío, como una escritora moderna y acorde con la tecnología, plantea a partir de un mensaje de WhatsApp un intrincado reto a las emociones que mantiene al lector pegado al libro hasta la última página.

1. ¿Cómo definir un estilo particular de expresar las emociones, sentimientos y pensamientos de las personas? ¿Qué tan fuerte es el pulso y la contradicción en el ser humano en “En el fin de la tierra”?

En esta novela se expresan los sentimientos más mezquinos y también los más nobles del ser humano. El protagonista es un personaje muy verosímil: vividor, mujeriego y mentiroso, cuyas reacciones en una situación límite se exponen de forma clara y abierta. Cito una frase del prólogo, escrito por la periodista Sandra Faginas: “…La tensión narrativa se refuerza en esta última obra al tiempo que se precipitan los hechos para desbocarnos a un precipicio emocional, porque a Rocío Castrillo por encima de todo le interesan los sentimientos y exponernos ante ellos a pelo. Sin corazas…”

2. Los detalles contenidos de la historia pueden considerarse dentro del carácter realista de la novela psicológica, por la dimensión y búsqueda constante que manifiesta. ¿Con esa intención deliberada se recreó la arquitectura de la novela, o simplemente actuó por su cuenta la creatividad y el subconsciente?

“En el Fin de la Tierra”, al igual que mis otras dos novelas, ha tenido un proceso creativo diseñado con anterioridad. Primero llega la idea y, cuando ya sé que es esa, empiezo a madurarla en la mente y en el cuaderno. Escribo a mano una especie de guión con titulares periodísticos donde se cuenta la historia de principio a fin. La segunda parte es la documentación y escenificación que requiere. En este caso viajé a Galicia e identifiqué cada uno de los lugares que salían en la trama. Contrasté la información con la Policía Judicial de la Guardia Civil de A Coruña y hablé con lugareños y profesionales de todos los sectores implicados en la historia: fuerzas de seguridad, médicos, abogados… Con la trama estructurada y toda la documentación lista, llega el momento de sentarse frente a la pantalla y narrar la historia a partir de ese guión.

3. Un caso aparte es la empatía de los personajes centrales, la elección y sentido de sus acciones en algunos pasajes del libro actúan de manera antagónica con el lector, es decir, los enojan cuando se ven confrontado con las decisiones de los protagonistas de la narración durante la investigación del súbito asesinato de Ana. ¿Fue acaso la espada que usaste para picar la curiosidad del lector?

Desde luego, fue una de ellas. Ni Bernardo ni Mercedes, la hermana de Ana, actuaron como lo harían la mayoría de las personas en una situación similar. Sin embargo, esas reacciones no son fortuitas ni inexplicables: tienen detrás un inmenso trabajo de construcción para que resulten verosímiles.

4. El elemento sobrecogedor le añade dramatismo a la historia, y sin embargo, no altera el camino sembrado de suspenso y avatares amorosos. ¿Cuál fue la motivación y el flujo de emociones que orilló a Rocío Castrillo a escribir el libro? ¿Desde qué ángulo personal fue escrito?

Esta novela es la que menos implicaciones personales tiene de las tres que he publicado hasta ahora. Presencié un acontecimiento que me impactó (con el que empieza la novela) y lo escribí nada más llegar a casa. A partir de ahí inventé una trama a la que, en el proceso creativo, cubrí de realismo. Sin embargo, todo era ajeno a mí. Utilicé las técnicas de mi profesión, el Periodismo, para documentarme y construir una historia creíble.

5. El factor temporalidad tiene un rol fundamental en la trama. Sin duda alguna avanzando en la lectura, La Costa da Morte tiene un antes y después que activa la manija de la narración dándole un giro inesperado. ¿Este hecho constituye una técnica narrativa?

Sí, parte de un recurso típico del género negro: el asesino siempre vuelve al lugar del crimen. En este caso, esa vuelta es determinante en el devenir del personaje y, en consecuencia, en el final de la novela. Y la Costa da Morte cumplía a la perfección los requisitos que exigía la historia. Por eso viajé allí, para empaparme del ambiente.

6. ¿Qué se siente ser juez y parte de tus historias? ¿Qué tan cómoda te sentiste escribiéndola?

Mi facilidad para narrar la realidad, ya sea propia, ajena o inventada, viene desde siempre. He escrito cientos de crónicas durante casi treinta años de trayectoria periodística. Las novelas también cuentan historias, aunque más largas y de un modo más libre. Me siento muy cómoda mientras las desarrollo.

7. ¿Qué emociones experimentas con las opiniones de aquellos que han leído la novela?

Muchas y, por regla general, buenas. “En el fin de la Tierra” tiene 48 comentarios en Amazon, la mayoría de cinco estrellas. Las opiniones de los lectores me motivan y me animan a seguir. Y si contienen alguna crítica que te sirva para aprender son muy útiles. El problema llega cuando, en lugar de ofrecer una crítica constructiva, el lector se ensaña con el libro y con el autor y llega, incluso, al insulto. Me ha ocurrido algunas veces y debo reconocer que al principio me enfurecía, pero con tres novelas publicadas he conseguido que, cuando ocurre, me resbale. Asumo que hay gustos para todo y, en honor a la verdad, nunca he recibido una crítica que diga que la novela está mal escrita o que hay incongruencias en su argumentación.

8. ¿Qué palabras les dedicarías finalmente a tus lectores?

Solo una: ¡Gracias!


Maritza Luza Castillo es una periodista y escritora peruana que ha colaborado con diversos medios y revistas literarias. Sus poemas han aparecido en antologías publicadas en España, Italia, Argentina, República Dominicana y otros.