Una serie de ataques con explosivos cobró la vida de al menos 12 personas en Irak. La mayoría de las víctimas eran peregrinos chiíes, indicó . Otros medios reportan que el número de muertos asciende a 22.

Hasta el momento nadie ha reclamado responsabilidad de los ataques, aunque se sospecha que se tratarían de insurgentes suníes.

El peor ataque ocurrió al norte de Bagdad, donde dos bombas, que explotaron con solo unos minutos de diferencia, mataron a siete personas.

Las relaciones entre las comunidad suní y el gobierno, controlado principalmente por los chiíes, se están volviendo cada vez más tensas, con los primeros acusando a las autoridades de discriminación.