Los católicos de todo el mundo miran hacia Roma, donde comienza el primer sínodo episcopal bajo el mandato del papa Francisco. La Iglesia fijará posturas en lo que concierne a las parejas y las familias.

El título del nuevo sínodo episcopal suena un tanto extraño: “Tercera Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos”. Lo mismo pasa con el tema: “Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la Evangelización”.

A pesar de lo rimbombante de los títulos, lo que de verdad va a decidirse en Roma durante las próximas dos semanas no es la postura de la Iglesia en lo que al matrimonio y la familia se refiere, sino sencillamente el modo de asesorar a los fieles. El cambio de liderazgo en el Vaticano ha propiciado un aumento de la habitual expectación que rodea a este tipo de eventos en Roma. Es posible que en los próximos días se pueda valorar si es realista esperar un cambio de rumbo en la Iglesia y en la forma de pensar de sus máximos dirigentes.

Para muchos, el espíritu de este sínodo recuerda mucho al del Concilio Vaticano II (1962-1965), en el que el Papa Pablo VI decidió revitalizar esta institución eclesial antigua que, a pesar de que no tiene capacidad para definir dogmas y legislar, sí tiene una función consultiva y ayudará a Francisco a recabar opiniones acerca de temas que han sido relegados al olvido con el paso de las décadas.

A través de los sínodos, Pablo VI buscaba un instrumento que le permitiera estrechar la relación entre el Papa y los obispos de la Iglesia Universal mediante la creación de un foro común para cuestiones urgentes. Desde el año 1967 se han celebrado trece sínodos ordinarios y dos extraordinarios en el Vaticano.

“Discutir espontánea y controvertidamente”

De aquellos inicios se acuerda el teólogo y filósofo Albert Franz (67), quien por aquel entonces empezaba en Roma sus estudios en la Pontificia Universidad Gregoriana. Durante su etapa en el Vaticano, tres sínodos tuvieron lugar. “Por aquel entonces vinieron cargados de grandes esperanzas”, dice el teólogo.

Pero, poco después, el espíritu de estos sínodos fue obligado a retroceder, puesto que el pensamiento jerárquico prevaleció. Y, ¿hoy en día? “Las expectativas en aquel momento eran muy altas, y yo las sigo manteniendo”, asegura a DW el ahora presidente del Intercambio Académico Católico. “Me niego a archivarlo como un simple pedazo de la historia”.

Esta vez, los presidentes de las Conferencias Episcopales de todo el mundo –-en la actualidad hay 114— se reúnen en Roma junto a los jefes de las Iglesias de Oriente invitados por el papa Francisco, y sus homólogos en 25 autoridades vaticanas. En total, 250 personalidades del mundo católico que no se limitarán simplemente a leer sus posturas ya preparadas, sino que, a petición del nuevo Papa, deberán discutir de forma espontánea sobre aquellos temas que crean controversia, como la homosexualidad o la poligamia que ejercen algunas comunidades católicas en África.

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