Cuando el presidente honorario del Bayern, que a la vez es la máxima estrella en la historia del fútbol alemán, se queja de lo “aburrido” que resulta ver jugar al equipo que entrena Pep Guardiola, sus palabras son reproducidas en los titulares de la prensa deportiva del mundo entero.
Por su fama internacional, por sus méritos deportivos, y muy especialmente porque sus críticas y elogios los formula como comentarista de televisión (para el canal de cable Sky), todo lo que dice Franz Beckenbauer tiene una gran resonancia. Aún así, su influencia real es muy limitada. El “Káiser” genera con sus opiniones titulares muy llamativos que apenas si despiertan reacciones en el Bayern, donde su peso se ha visto reducido a uno de mero carácter simbólico.
El crítico solitario
Ya es “vox populi” que al presidente honorario del Bayern, el fútbol de posesión, ejecutado al extremo que exige Guardiola, no es el que más le gusta. La intervención en la que se quejó de “aburrimiento”, el día del partido contra el Arsenal en el que el Bayern selló su paso a cuartos de final de la Champions League, se ha vuelto famosa internacionalmente.
En aquella oportunidad Beckenbauer dijo en la televisión de Alemania, hablando del estilo fútbolístico del Bayern: “Como sigamos jugando así echaremos a la gente del campo porque la aburriremos. Acabaremos llegando a la raya de gol con el balón y nos volveremos atrás para seguir jugando”.
Sus palabras le dieron la vuelta al mundo bajo el titular “Beckenbauer crítica a Guardiola”. De esta forma quedó la sensación de un enfrentamiento entre la gran leyenda del fútbol alemán y el nuevo entrenador del Bayern porque al primero poco le entusiasma la filosofía del segundo. Pero la confrontación no existe, se trata de una “pelea fantasma” porque en el club nadie replica al “Kaiser”.
Ni siquiera sus advertencias antes de la penosa eliminación de la Champions League a manos del Real Madrid, que lo goleó 4-0 en Múnich, fueron tenidas en cuenta. “La posesión no significa nada cuando el rival tiene sus oportunidades. Podemos estar contentos de que el Madrid sólo nos marcara un gol”, alertó Beckenbauer al finalizar el partido de ida en el Santiago Bernabeu.
En el Bayern no se le escuchó y una semana más tarde lo sucedido en el estadio Allianz Arena se encargaría de darle la razón. ¿Su comentario entonces? “Todos sabemos que el equipo no está bien”.
Una voz sin voto
Pep Guardiola ha guardado una prudente distancia ante la crítica del presidente honorario del Bayern Múnich diciendo “Franz Beckenbauer es la leyenda de este club. Le tengo un gran respeto a él y a su opinión. Doy lo mejor que puedo, tanto en Barcelona como aquí. Siempre acepto los comentarios”.
Aún así, también ha hecho uso de la ironía para refutar al “Káiser”, como tras el partido contra el Leverkusen cuya victoria 2-1 pavimentó el camino al más temprano título del Bayern en toda la historia de la Bundesliga. “Él tiene razón, hemos jugado la primera parte de forma aburrida”, comentó en aquel momento.
El entrenador, familiarizado ya con el entreteje del poder en el Bayern, es consciente que las declaraciones de Franz Beckenbauer no tendrán ningún efecto en su trabajo pues el presidente honorario no toma ninguna decisión en el club, y tampoco está lo suficientemente cerca a la labor de las actuales directivas como para poder ejercer algún tipo de influencia.
Para Pep Guardiola el “Kaiser” es —en términos prácticos— irrelevante. Lo que tiene valor para su proyecto es lo que digan, y hagan, dos funcionarios del Bayern: Karl-Heinz Rummenigge y Matthias Sammer. El entrenador cuenta con el respaldo incondicional de ambos, con quienes se entiende a la perfección y con quienes mantiene una relación tan estrecha que “de por medio no cabe ni una hoja de papel”, según la descripción hecha por Rummenigge después de la eliminación de la Champions League.
Mientras esa situación se mantenga, el mentado “Beckenbauer contra Guardiola” seguirá siendo un conflicto fantasma que para muchos no es otra cosa que la prolongación de las diferencias en la visualización del fútbol entre el “Káiser” y el holandés Johan Cruyff, “padre ideológico” del actual entrenador del Bayern.
(Fuente: Deutsche Welle )