El Congreso de Argentina aprobó una ley que permite cambiar de Nueva York a cualquier otra ciudad del mundo que sus acreedores prefieran, el cobro de su deuda, con el objetivo de evitar el bloqueo de fondos en Estados Unidos.

Buenos Aires intenta de esta forma evitar que se le impida pagar su deuda reestructurada, que alcanza unos US$ 200 millones, antes de que se cumpla un nuevo vencimiento este 30 de septiembre.

Como se recuerda, el juez de Nueva York .

Para Griesa, el régimen de Cristina Fernández debe abonar los US$ 1.330 millones reclamados por los fondos especulativos, llamados “buitres” debido a que compraron la deuda a precios irrisorios.

De acatar el fallo, Argentina debería equiparar los pagos con los demás acreedores, que implicarían un desembolso de US$ 120.000 millones. Sin embargo las reservas del país sudamericano suman poco más de US$ 28.000 millones.

La American Task Force Argentina, grupo de presión en Estados Unidos para el pago a los bonistas, señaló a la AFP que los intentos del gobierno de Fernández “de eludir la decisión del tribunal de Estados Unidos no tendrá éxito y bien puede ser desacatado al tribunal”. Su titular Robert Shapiro sostuvo que se trata un “último intento de burlar las normas internacionales”.

La medida no ha sido bien aceptada por la oposición en Buenos Aires. El diputado opositor Martín Lousteau consideró que la “ley no resuelve el bloqueo de Griesa”. El también exministro de Economía dijo que la norma podría detonar una cesación de pagos, lo cual agravaría la situación actual.