Elliot Urcuhuaranga Cárdenas, más conocido como Elliot Túpac, es un artista plástico que ha desarrollado el lettering en distintas plataformas. El talento que lo ha llevado a salas de exposiciones alrededor del mundo nació hace años entre telas y carteles que anunciaban a grupos de chicha. En entrevista con LaPrensa.pe, Elliot nos detalla más sobre diversos pasajes de su vida.


¿De dónde proviene el seudónimo ‘Elliot Túpac’?

Lo de mi nombre sería como una anécdota. Yo nací el 3 de octubre del 78 en Vitarte y mi papá quería que yo me llame Túpac, la señorita, la cual se ocupaba de registrar a los niños, cuestionó rápidamente a mi papá y le dijo: “¿Se va a llamar Túpac? Es el nombre del grupo terrorista…”. Todo eso podía derivar en una especie de bullying escolar. Mi papá respondió que entonces me pongan Elliot, nombre que tuvo un hermano que solo vivió un mes y murió. Mi seudónimo es la combinación del nombre que tengo y el que mi padre quiso ponerme.

(Foto: Patricia Uzátegui)

Tus padres provienen de Huancayo, ¿en qué momento llegaron a Lima?

Mis padres, Fortunato y Alicia, son de Huacrapuquio y Viques, respectivamente, dos distritos del sur de Huancayo, allá se casaron. Mi papá venía recurrentemente a Lima porque mi abuela ya vivía aquí, creo que mi mamá vino en uno de los tantos viajes de mi padre en los sesenta. Al llegar se asientan en Ate, a la altura del Km 13 de la Carretera Central, en el terreno de mi abuela.

En provincia tus padres ya desarrollaban algún tipo de arte. ¿Ellos eran serigrafistas?

No exactamente. En Huancayo mi papá era artesano de mate burilado; mi mamá, por su parte, era bordadora. Por mi propia indagación descubrí que mi papá de joven llevó talleres sobre serigrafía; entre sus cosas encontré estampados, pomos de tinta, dibujos de letras, etc. Siempre estuvo vinculado al dibujo figurativo.

Anterior a los ochenta hubo toda una movida musical que tenía que ver con la cumbia, pero la chicha es como otro fenómeno que se asocia aunque no es exactamente una cumbia. Cabe resaltar que grupos como Los Shapis, Los Ovnis, Kiko y grupo Karicia; son todos de la sierra central, específicamente Huancayo, entonces se entenderá que había cierta cercanía con gente de la región.

A todo esto, ¿cómo nace el negocio de los carteles?

Mi papá ha sido locutor, ha trabajado en radio, tenía, en cierto modo, una vigencia sobre el rubro y surgió la idea del cartel de manera espontánea. Yo no digo que mi papá haya sido el creador, pero es parte de un grupo de cinco personas que lo iniciaron. Con los años ha habido una evolución en el trato de color. Estéticamente cada taller ha mantenido un estilo.

(Foto: Patricia Uzátegui)

¿Puedes detallarnos cómo fue tu educación?

Yo estudié mi primaria en el 1143 Domingo Faustino Sarmiento y la secundaria en el INEI 46, al igual que mi hermano mayor Edinson, quien también trabaja en el taller de mi papá. Al salir del colegio ya estaba orientando hacia la pintura, pero debía seguir una carrera profesional. Estudié un año de cursos generales para Economía en la Universidad San Martín, lo dejé y seguí cuatro años de Ciencias de la Comunicación. Siempre fui un buen alumno, inclusive tenía media beca, pero no era lo mío.

¿Tus compañeros o la gente que te rodeaba entendían lo que te gustaba?

Mis compañeros me incomodaban asumiendo que lo que hacía no tenía sentido y eso me llevó a entender que había mucho por hacer, la gente debía cambiar de percepción. El 98, cuando dejo la universidad, le planteo la idea a mi papá de hacer otra cosa, presentarlo de otro modo. Vincular la serigrafía y el cartel a otro ámbito donde no ha estado tan presente, como a las agencias de publicidad. Si la carrera no me sirvió para pensar que me dedicaría a ella, sí me sirvió para orientarme a unir mis conocimientos a otros aspectos. Para las agencias fue una gran novedad

¿Tu padre te apoyó para que sigas el camino del diseño y la pintura?

El tema del diseño, sí, siempre me ha motivado a que lo haga, pero no la pintura. Él encontraba en el diseño un valor para agregarle al cartel. Además de estudiar figura y retrato humano me empezó a interesar la distribución de las formas y estructuras. Todo el conocimiento que estaba vinculado al dibujo y a la pintura lo apliqué a las letras; antes no tenía líneas guía, imaginaba letras libres, definía espacios por letra. Empecé a asimilar mis conocimientos.

¿En qué momento migras del taller de tu padre hacia las salas de arte y murales en las calles?

Fue recién hace poco, el 2011. Yo venía de Santiago de Chile. Desde el 2004 tuvo mucha vigencia el taller de mi papá y también lo que yo hacía. Si bien es cierto, en principio hablábamos del taller, como en todo, siempre se fijan en el diseñador. Es así como llegó Susana Torres, una artista reconocida. Cada vez que ella pasaba por la Carretera Central, ya que vive en Chaclacayo, veía los anuncios, algunos firmados por Elliot Túpac y otros por el taller VIUSA (Visual Urcuhuaranga Sociedad Anónima), siempre acompañados por un teléfono. Con esos datos Susana apareció en el taller e hizo la pregunta de rigor: ¿Quién hace los diseños? Fue desde ahí que hicimos un primer trabajo y le gustó. Ella me dijo explícitamente que me iba a recomendar a algunos amigos. Poco a poco colaboré con algunos artistas, amigos de ella, de esa manera me fui introduciendo a un ámbito artístico.

(Foto: Patricia Uzátegui)

Para entender un poco mejor lo que tú haces ¿podrías diferenciarnos los conceptos de caligrafía, el lettering y la tipografía?

La caligrafía tiene que ver mucho con el trato directo y el manejo de una herramienta de diseño, mientras que en la caligrafía estamos simplemente escribiendo, el lettering es “dibujar” la letra, tiene que ver más con el diseño. Ahora, cuando yo desarrollo un lettering, de manera automática paso las cosas del papel a lo digital, al estar todo listo, debo completar el set que incluye signos, letras y números. Por ejemplo, si dibujo la palabra “peruanismo”, de acuerdo a las características de la letra “p” voy creando el resto del abecedario. Otro ejemplo cercano de tipografía son las fuentes de Word, una Arial o una Times New Roman… todas lo que escribas con ellas tendrán el mismo arte.

Ahora que ya nos introducimos en el lado artístico de Elliot, ¿cuáles han sido tus trabajos más destacados?

Primero participé de una exposición de Gustavo Buntinx llamada ‘Neón Colonial’ aproximadamente en el 2004, luego llegó una entrevista de Creative Review, una revista inglesa, en la que me hicieron un video que sirvió para que unos amigos chilenos me inviten a participar de un workshop con una exposición y dictando charlas, esto último sucedió el año 2011. Al regresar al Perú me contactó Daniel Otero, quien era editor de Somos, para que haga la portada de la revista, aquella tuvo una resonancia inmediata. Después tenemos al Festival Internacional de Diseño ‘Trimarchi’ en Argentina, donde fui conferencista junto a David Carson y Jeremy Ville.

Cuando hice la muestra “Letra Capital” en la galería Pancho Fierro, consideré que la persona que debía curar el texto era César Ramos, quien tiene trabajos antropológicos y sociológicos sobre el tema de los migrantes. Si bien es cierto, yo respaldé todo lo que él escribió, hay cosas que no me cuadraban, más que todo por un tema de apreciación. Para ese tiempo también había trabajado con Christian Bendayán y le solicité su ayuda, él encantado me colaboró.

¿Con ello captaste rápidamente la atención de los medios de comunicación peruanos?

Sí, ahí nomás di entrevistas para canales de señal cerrada y abierta. No es que a mí me haga feliz el tema de aparecer en los medios, siempre lo he tomado con tranquilidad. Lo que pasa es que muy rápido me di cuenta de cómo se tergiversa la información y cómo te quieren presentar, es como vender un cuento o una historia y esas cosas a mí no me hacen nada de gracia. Las cosas son como son y no hay por qué maquillarlas.

Tus dibujos también se han apreciado en el cine peruano, ¿cómo llegó tu lettering a las pantallas?

En el caso de ‘Madeinusa’ y ‘La teta asustada’ tiene que ver mucho Susana Torres, quien me convocó y ofreció el proyecto. Cuando Claudia Llosa llegó al taller y vio que estaba trabajando con otra persona me llamó a un lado y me dijo “Elliot, la verdad es que nosotros estamos confiando en tu trabajo un 100% por lo que tú puedas hacer y por lo que nos puedas brindar, y en ese sentido, lo que queremos es que tú desarrolles el íntegro del trabajo”. Prácticamente tuvimos que echar ese trabajo a la basura y hacer otra cosa; ahí es como empezó la idea también de trabajar en ‘La teta asustada’, posterior a ello ‘Dioses’, y ‘Malas intenciones’ de Roxana Montero.

Tienes un mural en la avenida Tacna con la palabra “multiviral”, ¿tiene que ver algo con el último disco del grupo musical Calle 13?

Sí, ellos me convocaron. Aquí debo hacer una acotación: Yo he sido y soy muy claro y firme con lo que hago, a mí nadie me puede obligar por dinero a hacer lo que yo no quiera… igual hay buena onda con ellos. Lo que pasó fue que ellos me dijeron: “Elliot, estamos convocando a artistas de distintas nacionalidades de Latinoamérica y del mundo bajo nuestra canción ‘Multiviral’. En tu caso, como eres letrista, necesitamos que busques alguna estrofa de la canción y la repliques”. Yo les fui sincero: “Mira, eso no lo puedo hacer, o hago un texto o uso algo que ya tengo y que considere que sea funcional para ello”. Mientras pensaba hacer un texto nuevo, creí que funcionaba muy bien el tema de algo que yo ya había pintado en Pamplona Alta, me refería al ‘Hoy soy libre, mañana también’, eso se pintó para una biblioteca de niños. Les dije que tenía eso para ofrecerles y aceptaron.

¿Crees que el arte se podría dañar si se politiza?

No es que se dañe, pero si se politiza caes en un error que también lo he venido observando. Si yo quisiera réditos y reconocimientos inmediatos, lo fácil hubiera sido optar por una opción política e ideológica. Por ejemplo, si yo quisiera ser la voz de los pobres del Perú, de los marginados, me ganaría la idolatría de esa masa y además, el cuestionamiento de otro sector. Esa nunca fue mi intención, pero sí recuerdo que después de haber venido de Chile y haber hecho lo de Somos, algunos grupos de jóvenes con tendencias un tanto izquierdistas empezaron a creer de que al fin había aparecido un representante gráfico de lo que somos nosotros. Se confundió porque lo primero que yo hice fue el ‘Cholo soy’ y tenía esa interpretación, la de la voz marginal tratando de decir que aquí estamos; esa no era mi intención. Cuando me di cuenta de esa percepción modifiqué el tema de comunicación y opté por temas mucho más amplios

*¿Si yo veo un muro pintado por Elliot Túpac significa que alguien lo invitó a hacerlo o que él lo hizo porque quiso? *

Yo no tengo intervenciones vandálicas, pero sí he tenido mucho respaldo por parte de la Municipalidad Metropolitana de Lima que sinceramente era mi aliada, aunque no sé si esta gestión me lo permita. Yo podía decirles que había visto un muro y quería pintarlo; el tema radica en que los dueños del espacio me decían que sí pero que tenían miedo a que les pongan una multa, yo les pedía que no se preocupen porque yo podía conseguir documentos en los que la Municipalidad aseguraba que no había ningún problema con la intervención artística.

El año pasado has trabajado con Puma y hace poco para el Banco Continental… ¿Tienes algún criterio para elegir con quién trabajas y con quién no?

Las empresas siempre están detrás de situaciones muy puntuales, en este caso, mi trabajo; aunque no lo asuma de esa manera, sé que es mediático. Muchas marcas me han buscado pero han incurrido en un error básico, algo que no pasó con Puma y el Banco Continental, ya que ambas marcas me han ofrecido un trato distinto, su nivel de conversación es de igual a igual.

Hemos conversando de lo que yo quiero y lo que ellos me pueden ofrecer, pero nunca ha habido lo que pasó con otras marcas, eso de que “oye, somos tal empresa, nos gusta lo que haces y queremos que trabajes para nosotros bajo estas condiciones. Si lo que haces es importante, después de trabajar con nosotros estarás mucho mejor”, es ahí donde yo les digo que aguanten… no me interesa su propuesta.

¿Qué se viene en la agenda de Elliot Túpac para este 2015?

El año pasado pasé por Francia y Túnez, y no he podido ir a Estados Unidos simplemente porque la visa se me ha complicado, aunque parece que este año sí sale. Con todo lo anterior, en febrero tengo una muestra en Sao Paulo y tal vez vengan a Lima unos amigos de Argentina a una actividad de diseño. Volveré a Santiago para pintar como en el 2012. En abril participaré en una exposición en conjunto que tiene que ver con caligrafía. Finalmente, en junio o julio tendré exposiciones en Glasgow, Londres y Newcastle.


(Entrevista: Steve Romero)


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