A tres días de la entre la presidenta de Brasil, , y el conservador Aécio Neves, el exmandatario Luis Inácio Lula da Silva alzó la voz en defensa de la candidata del Partido de los Trabajadores (PT).

La estrategia que utilizó Lula, fundador y líder del PT, no fue atacar a su rival, sino señalar que su agrupación ha sido víctima de dardos de los contrincantes. Las encuestas, que arrojan un empate técnico, con ligera ventaja para la jefa del Estado, revelan que los electores rechazan la agresividad en la campaña.

“En el nordeste ya hemos oído, leído y visto las ofensas que nos hacen. A veces nos agreden verbalmente como los nazis agredían en los tiempos de la II Guerra Mundial. Ellos son intolerantes. El otro día yo decía que son más intolerantes que Herodes, que ordenó matar a Jesucristo para evitar que se convirtiera en el hombre en que se convirtió”, manifestó en un mitin en Pernanbuco.

“Y ellos quieren acabar con el PT, con nuestra presidenta, humillarla, calificarla de irresponsable. Todo esto solo lo puede hacer un ‘hijito de papa’”, añadió.

Al inicio de la campaña de Rousseff, Lula no se involucró y se rumoreó que se había distanciado de su sucesora, de la que fue su mentor, porque no estaba de acuerdo con que postule a la reelección.

“Estaría bien que no sacara ningún voto aquí, en el nordeste, porque él nunca se acordó de esto, solo para venir los fines de semana a visitar las playas junto con el gobernador de Alagoas. Nunca fue al sertão, no sabe cómo es la gente que vive aquí, que trabaja de sol a sol para llevar la comida a casa”, acotó.