Estados Unidos y la Unión Europea (UE) manifestaron su preocupación por la pena de muerte impuesta contra el expresidente de Egipto Mohamed Mursi.

Mursi, primer mandatario elegido en democracia en el , en 2012, tras la revolución que derrocó a Hosni Mubarak, fue depuesto por un golpe de Estado de las Fuerzas Armadas al año siguiente. Se le acusa de haber planeado en 2011 su huida y la de 105 reclusos de una prisión, entre ellos varios dirigentes de los Hermanos Musulmanes, a la que perteneció el ex jefe de Estado.

“Hemos denunciado de forma reiterada la práctica de juicios y sentencias masivas, que se llevan a cabo de una manera que no es coherente con las obligaciones internacionales de Egipto y el imperio de la ley”, señaló a EFE un funcionaro del Departamento de Estado de EE.UU.

A su turno, la UE rechazó la sentencia provisional contra Mursi, fue condenado a 20 años de cárcel por el uso de la violencia en disturbios de 2012. Asimismo, se le sindica de insultar a la judicatura y traición a la patria por, supuestamente, entregar información clasificada a países y organizaciones extranjeras.

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“Las autoridades judiciales egipcias deben garantizar, en conformidad con las normas internacionales, el derecho de los acusados a un proceso equitativo y a investigaciones apropiadas e independientes”, observó la alta representante de la diplomacia europea Federica Mogherini.