Debido a los graves daños que dejó el paso del poderoso por Filipinas – se estima que hay más de 10.000 muertos -, el Gobierno de Estados Unidos ordenó el desplazamiento del portaaviones George Washington y otros buques de la Armada al territorio insular para cumplir labores humanitarias y colaborar con las tareas de rescate.

El portaaviones, que transporta a 5.000 marineros y más de 70 aviones, se encuentra actualmente en Hong Kong y se espera que llegue a Filipinas en las próximas 48 horas.

La ayuda se suma al despliegue de alrededor de 90 marines estadounidenses procedentes de la base aérea de Futenma, en Okinawa (Japón), que partieron el domingo hacia Filipinas a bordo de dos aeronaves.

El objetivo inicial de la misión norteamericana incluye la búsqueda y rescate marítimo de superficie, apoyo con helicópteros de transporte, rescate aéreo y apoyo en transporte y logística con aviones, informó el Pentágono.

Este lunes, el presidente filipino, Benigno Aquino, en todo el país.

Según el primer reporte de la Cruz Roja, la cifra de víctimas es de 1.200, aunque en la ciudad de Tacloban, en la isla de Leyte, se habla de más de 10.000 fallecidos, cifra que aún no ha sido confirmada.