confió hoy en pactar con un endurecimiento de las sanciones de la ONU contra tras sus últimos y advirtió al resto de países de que deben aumentar la presión sobre Pyongyang.

La embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Nikki Haley, dijo a los periodistas que su país sigue negociando con Pekín nuevas medidas, pero todavía no hay un acuerdo definitivo.

“Estamos trabajando actualmente, todavía no está hecho”, dijo Haley al ser preguntada por las nuevas sanciones a su llegada a una reunión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad para abordar el lanzamiento este fin de semana de un misil balístico por parte de Corea del Norte.

La embajadora aseguró que tanto China como EE.UU. y sus aliados Japón y Corea del Sur están trabajando juntos en un “plan” común sobre cómo responder a Pyongyang.

Al mismo tiempo, insistió en que todos los países del mundo deben hacer una elección: “O apoyas a Corea del Norte o nos apoyas a nosotros”.

“Todos tenemos que enviar una señal a Corea del Norte”, subrayó Haley, quien dijo que su país está preparado para sancionar a aquellos Estados que no implementen a fondo las sanciones internacionales contra Pyongyang.

La representante estadounidense defendió que el programa nuclear y de misiles norcoreano es una amenaza para todo el mundo, y aseguró que Washington va a “apretar los tornillos” al régimen de Kim Jong-un.

“Vamos a asegurar que ponemos presión sobre ellos. Económica, diplomática, política, internacional”, insistió.

Haley recordó además que EE.UU. está dispuesto a hablar con Corea del Norte, pero sólo si el país asiático abandona antes todas sus actividades nucleares.

(Corea del Norte realizó el pasado 14 de mayo una nueva prueba de misiles / EFE)

EFE