El papa Francisco pidió en Ecuador atender a los más frágiles y las minorías, labor que calificó como la gran deuda pendiente de América Latina.

El volvió a romper el protocolo al saludar, uno por uno, a un grupo de niños de la comitiva de recepción, cuando se dirigía al estrado instalado en el aeropuerto Mariscal Sucre de Quito. Se estima que dos millones de personas se volcaron a las calles de la capital ecuatoriana para acompañar al pontífice.

“El trabajo por los más frágiles y las minorías es la gran deuda de América Latina”, observó el papa Francisco, cuya gira por Sudamérica continuará en Bolivia y Paraguay.

Antes, el presidente Rafael Correa pronunció un discurso en el que citó reflexiones del pontífice en su reciente encíclica Laudato si acerca del medio ambiente.