Las nuevas tecnologías no solo han traído mejoras en el acceso a Internet y las formas en que muchos se comunican, sino que las redes sociales se han convertido en el principal escenario para que muchos jóvenes pertenecientes a la generación Z encuentren el amor y establezcan relaciones, más aún en .

El enamoramiento en los jóvenes puede esconder sentimientos como soledad, inestabilidad emocional, altas expectativas o sensación de vacío representando un riesgo afectivo por el papel importante que tienen Facebook, Instagram o WhatsApp.

“Las redes sociales proporcionan libertad a las nuevas generaciones, evitan la exclusión o aislamiento social, pero si le sumamos un mundo que cambia constantemente, lo más recomendable es aprender a educar las emociones y evitar lo que denominamos fracasos amorosos”, explicó Romy Díaz Fernández, directora de la carrera de Psicología de la Universidad Privada del Norte (UPN).

La especialista explica que los jóvenes deben aprender a socializarse en dos mundos muy distintos: el real y el virtual. “La actual sociedad digital no deja de involucrar sentimientos e idealiza las relaciones románticas a través de la exposición de su intimidad ante extraños en las redes sociales”, aseguró.

Nuevos términos

Los jóvenes han creado nuevos términos para describir el amor que derivan de su vinculación con las tecnologías. Los más comunes son el birdboxing, como el inicio de un nuevo vínculo mientras que, para terminar una relación sin mayor explicación, se refieren al ghosting. Otro término común es el orbiting, o mantenerse en órbita, es decir, supervisar sin mantener contacto, dar me gusta o retweet, pero sin la más mínima intención de tener un encuentro.

No todos tienen buenas intenciones

Cada vez se suman más personas al uso de aplicaciones de citas como Tinder, Badoo, Happn, Lovo, entre otras tantas. Sin embargo, muchos de los millones de usuarios que utilizan estas aplicaciones no se detienen a pensar en la información que exponen en ellas ni en las posibles consecuencias de publicar información personal al alcance de cualquier usuario.

Los investigadores de Kaspersky evaluaron los riesgos y las dificultades que existen en la ruta hacia el romance y descubrieron que los ciberdelincuentes no son ajenos a los flechazos en línea.

Por ejemplo, hay aplicaciones que a primera vista se parecen a Tinder pero, en realidad, se trata de un troyano de transacciones bancarias que constantemente solicita los derechos de servicio de accesibilidad y, al obtenerlos, se otorga todos los derechos necesarios para robar el dinero del usuario.

“El amor es uno de esos temas universales que les interesa a las personas y, por supuesto, eso conlleva a que los cibercriminales tomen cartas en el asunto. Las citas en línea nos han facilitado la vida y, sin embargo, han destapado nuevos riesgos en el camino hacia el amor. Aconsejamos a los usuarios que se mantengan atentos y usen versiones legales de las aplicaciones que están disponibles en las tiendas oficiales de descarga de apps”, comenta Vladimir Kuskov, jefe de investigación de amenazas avanzadas y clasificación de software en Kaspersky.