¿Tienes dolor de cabeza, piel reseca, pulso rápido y fuerte, mareos o temperatura corporal elevada? ¡Pues, ten cuidado! podrías estar sufriendo un golpe de calor. Esta dolencia puede ser muy peligrosa.

Este trastorno se caracteriza por un incremento de la temperatura del cuerpo por encima de 39 °C. Las causas son varias, pero principalmente se da por la exposición prolongada al sol y/o realizar ejercicios en ambientes de mucho calor y poca ventilación.

El doctor Oscar Barrenechea, director médico de Quilab-Química Suiza, indicó que la exposición prolongada al sol o el calor excesivo pueden provocar que el cuerpo pierda agua y sales, esenciales para mantenernos saludables.

“En estas situaciones el cuerpo tiene dificultad para regular su propia temperatura mediante la sudoración, que es un mecanismo natural y se produce un exceso de calor, muy riesgoso para el organismo”. señaló Barrenechea.

El golpe de calor puede presentarse en el momento o después de varios días de fiebre, por lo que es necesario hacerse un diagnóstico y recibir tratamiento.

Señales de alerta: sed intensa, sequedad en la boca, sudoración excesiva, sensación de sofoco, agotamiento, cansancio, debilidad, mareos, desmayos, vértigo, agitación, calambres, dolor de estómago y falta de apetito.

También pueden presentarse náuseas, vómitos, dolor de cabeza (palpitaciones u opresión), desorientación, delirio, convulsiones o coma en casos extremos.