Las unidades del están demorando en promedio una hora y media para recorrer la ruta entre el Rímac (paradero Flor de Amancaes) y Miraflores (paradero Armendáriz) cuando el tiempo fijado por era una hora con cinco minutos.

Y es que a pesar de la salida de 4.000 cústeres del corredor de las avenidas Tacna, Garcilaso de la Vega y Arequipa, los 150 buses que por el momento operan en esta vía tienen que sufrir la congestión que provocan autos particulares y, sobre todo, taxis y colectivos. En hora punta, las vías son imposibles, en particular en la av. Arequipa.

En ese marco, la Municipalidad de Lima dispuso mayores controles, aunque los 800 agentes de la Gerencia de Transporte Urbano (GTU) no se dan abasto. Según Gustavo Guerra García, presidente de Protransporte, el número de fiscalizadores aumentará hasta 1.050 en los próximos meses.

De todas maneras, diariamente son intervenidos alrededor de 150 taxis que dificultan las operaciones de los buses del ‘Corredor azul’. De ese total, más de 40 son sancionados por recoger pasajeros en zonas no autorizadas o en situaciones de riesgo, del mismo modo, por no llevar la carrocería pintada del color correspondiente o por usar distintivos prohibidos para su tipo. Los infractores reciben sanciones de S/.190.

Según informó La República, desde el inicio de la preoperación ininterrumpida del corredor, el 1 de septiembre, los inspectores han enviado al depósito a casi 150 taxis por prestar servicio de colectivo o no estar autorizados.

“Al día se mandan al depósito un promedio de 12 taxis, a cuyos choferes se les multa además con S/.1.900 “, indicaron voceros de la GTU.

En realidad, en toda la capital se envían todos los días al depósito a un promedio de 80 vehículos que prestan el servicio informal de taxi colectivo.

Los operativos se realizan principalmente en puntos como el cruce de las avenidas Nicolás de Piérola con Abancay, Tacna, Chancay, Chota, Puente Nuevo, Angamos con Paseo de la República, entre otros.