Científicos de la clínica universitaria Charité de Berlín han concluido que, cuanto más elevada es la tasa de vacunación contra enfermedades como la difteria, el tétanos y la tosferina, menor es la frecuencia de casos de muerte súbita del lactante.
Los expertos han llegado a esta conclusión a partir de la evaluación de información compilada durante varias décadas, según informó este jueves la Charité en un comunicado.
En los últimos 40 años, la tasa de vacunación en Estados Unidos ha ido variando de acuerdo a las tendencias imperantes en la sociedad y también, aunque de forma proporcionalmente inversa, ha oscilado la cifra de casos de muerte súbita en lactantes.
“Nuestra investigación muestra que las vacunas clásicas en edad de lactancia contra la tosferina, la difteria, el tétanos, la polio o la gripe hemofílica no están relacionadas con un riesgo mayor de muerte súbita del lactante”, señaló Jacqueline Müller-Nordhorn, directora y portavoz del Berlin School of Public Health (BSPH).
Al contrario, subraya, las vacunas “parecen tener incluso un efecto protector”.
Mientras en los años 70 y 80 los índices de vacunación cayeron en Estados Unidos a causa de las dudas entre la población, la tasa de mortalidad infantil por muerte súbita aumentó entre 1968 y 1971 un 27 % y entre 1971 y 1974 un 47 %.
Posteriormente volvió a caer la cifra de casos de muerte súbita del lactante, hasta un 8 % entre 1991 y 2001.
Según los científicos, cuyo estudio ha sido publicado en la revista especializada “BMC Pediatrics”, la tendencia es clara: cuando aumentan los índices de vacunación, caen los casos de muerte súbita del lactante.
Así, con una tasa de vacunación un 10 % mayor entre la población infantil estadounidense, la frecuencia de muerte súbita del lactante se reduce casi un 10 %.
Los miedos y temores determinan también la decisión de los padres en Alemania respecto a vacunar o no a sus hijos, agrega el comunicado.
En el caso de la tosferina, un falso rumor – rebatido por estudios médicos en años posteriores – de un supuesto riesgo de que la vacuna pueda provocar daños cerebrales, tuvo como consecuencia una significativa caída de los índices de vacunación en los años 70 y 80.
“En algunos países, entre ellos Alemania, la vacuna contra la tosferina fue retirada incluso temporalmente de las recomendaciones y reintroducida sólo en 1991”, subraya Müller-Nordhorn.
Los casos de muerte súbita, cuyas causas siguen siendo desconocidas, caen de forma continua, pero sigue siendo una de las principales causas de muerte entre lactantes en todo el mundo, sobre todo durante los primeros doce meses de vida.
Precisamente en ese primer año deben administrarse las vacunas contra la tosferina, difteria, tétanos, polio y gripe hemofílica.
(Fuente: EFE)