Graves incidentes entre manifestantes y policías se registraron el miércoles en el marco de la protesta contra el presidente de Brasil, , quien se encuentra involucrado en un escándalo de corrupción.

En la protesta desarrollada frente al Congreso brasileño, en la capital Brasilia, se exigió la renuncia del gobernante, quien tuvo que solicitar refuerzos a las patrullas federales para controlar el desorden y el caos devenidos durante la medida de fuerza.

Lo que comenzó como una marcha pacífica degeneró en un violento enfrentamiento que dejó varios civiles y policías heridos. A la marcha convocada por diferentes sindicatos se sumaron miles de personas que llegaron desde otros estados del país.

La policía brasileña calcula que unas 40.000 personas participaron en la manifestación, cuyo momento crítico tuvo origen cuando la multitud se adentraba en unos amplios jardines frente a la sede parlamentaria.

Los ministros de Agricultura, Energía, Turismo y Cultura fueron atacados con bombas molotov por los muchos manifestantes que, provistos de armas blancas, palos y piedras, también quemaron llantas y contenedores de basura, entre otros objetos. La masa también atacó diversos edificios públicos y locales privados.

El presidente Michel Temer se encontraba en el Palacio de Planalto – sede presidencial – al momento de los disturbios.

El gobernante se encuentra en el ojo de la tormenta desde la semana pasada cuando un medio brasileño difundió un audio en el que, supuestamente, Temer daba su visto bueno para comprar el silencio del extitular de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, actualmente preso por corrupción.