Bolivia **recobraba paulatinamente este lunes su pulso habitual tras más de un mes de convulsión social, luego de que el gobierno transitorio y los movimientos sociales, muchos de ellos leales al expresidente **Evo Morales, pactaran la paz luego de acordar convocar una nueva elección.

La aprobación unánime en el Congreso bicameral y la posterior aprobación por la presidenta interina de una ley que permitirá el llamado a nuevos comicios generales, en una fecha aún por determinar, logró descomprimir la peor crisis boliviana de los últimos tres lustros, desde la caída en 2003 del liberal Gonzalo Sánchez de Lozada cuando una rebelión popular dejó más de 60 civiles muertos.

“Estamos volviendo a la normalidad después de algo tan duro y tan dramático”, resumió la presidenta provisional, Jeanine Áñez, en las puertas del palacio de Gobierno, luego de más de un mes de protestas que dejaron 33 fallecidos.

La mayoría de las rutas estaban expeditas al transporte terrestres, a excepción de en la región central del Chapare, donde los sindicatos de cocaleros afines a Morales continuaban efectuando cortes.

Allí exigen justicia para los nueve cocaleros muertos el pasado 15 de noviembre en la región de Sacaba (centro), durante una represión de fuerzas combinadas del ejército y la policía que les impidieron avanzar hacia Cochabamba para efectuar un mitin.

Los familiares de los cocaleros muertos ofrecieron este lunes sus testimonios a una misión de la CIDH que visitó Sacaba.

Pero el tráfico urbano en las principales ciudades bolivianas como La Paz y Santa Cruz, centro de las protestas civiles que provocaron la caída de Morales, también se había normalizado luego de la reanudación del abastecimiento de combustible.

Los mercados populares de comestibles paulatinamente se iban abasteciendo, mientras la banca y el comercio habían reanudado plenamente su funcionamiento. Los restaurantes, que durante los días de conflicto estaban cerrados, abrieron nuevamente al público.

El ministro de Hidrocarburos, Víctor Hugo Zamora, anunció “700.000 garrafas (bombonas de gas licuado) disponibles en todo el mercado”.

Aunque las repercusiones de la crisis se siguen viendo en otros ámbitos y este lunes la fiscalía libró una “orden de aprehensión” contra el exministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana, hombre fuerte del expresidente Morales, por los delitos de sedición y terrorismo.

Brazo derecho de Morales, Quintana había dicho a principios de noviembre, ante el embate de sectores de derecha radical, que Bolivia se iba “a convertir en un gran campo de batalla, un Vietnam moderno” si el mandatario resultaba destituido.

- Nuevas elecciones en marcha -

Los conflictos políticos que durante más de un mes provocaron 33 muertos la última víctima es un universitario que falleció el domingo a causa de sus heridas, cedieron paso a las discusiones para organizar una elección con nuevas autoridades electorales.

Los comicios, cuya fecha deberá definir el nuevo Tribunal Supremo Electoral (TSE), se llevarán sin la participación de Morales por primera vez desde 2002. Su partido el Movimiento Al Socialismo (MAS) está plenamente habilitado para las nuevas justas.

Tras labrarse un acuerdo interpartidario, el Congreso bicameral, donde el MAS sigue contando con mayoría, excluyó al exmandatario en virtud de un artículo de la Constitución que prohíbe la reelección después de dos mandatos consecutivos.

Morales, que permaneció casi 14 años en el poder, intentó modificar esa norma mediante un referendo que perdió en 2016. Aunque la justicia le permitió postularse en las pasadas elecciones.

El 20 de octubre obtuvo un nuevo mandato, antes de que el proceso fuera anulado por “graves” irregularidades, según una auditoría preliminar de la OEA.

- Magistrados electorales -

El Congreso se reunirá probablemente el martes para aprobar el reglamento de la nueva ley de convocatoria de elecciones y comenzar el proceso de selección de seis vocales del TSE. El séptimo es designado por la presidenta transitoria por prerrogativa constitucional.

Áñez dio este lunes el primer paso al elegir al politólogo Salvador Romero Ballivian como su delegado ante el TSE. Romero ya integró ese órgano entre 2004 y 2008 como delegado del expresidente Carlos Mesa.

“Se requiere reencontrar la misión auténtica del tribunal electoral como una institución independiente de los poderes y de los partidos”, dijo Romero, en relación al descrédito en que cayó el anterior tribunal, cuyos miembros están encarcelados señalados de fraude electoral en los comicios anulados de octubre.

“En la elección limpia se cristalizan los valores del régimen democrático”, agregó.

AFP

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