El atacante holandés Arjen Robben protagonizó una conmovedora escena luego de la en definición por penales (4-2).

Culminada la tanda, el crack del Bayern Múnich se dirigió hacia la tribuna para saludar a su esposa y a su menor hijo. Sin embargo, y al notar que el pequeño no paraba de llorar, este le dijo algunas palabras e intentó hacerle una caricia pero el vidrio de seguridad no permitió que sea así.

Tras decirle algo a su mujer, el jugador se retiró directo hacia los camerinos. En su trayecto se encontró con Robin Van Persie, de flojo accionar ante la albiceleste, quien pese a la derrota no dudó en saludar a los hinchas que le pasaron la voz desde las graderías.

Holanda jugará el sábado ante Brasil por la definición del tercer y cuarto puesto del Mundial 2014.

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