La Navidad es el espacio para regalar y reflexionar sobre lo que necesitamos. (Foto: Pexels)
La Navidad es el espacio para regalar y reflexionar sobre lo que necesitamos. (Foto: Pexels)

¿Eres de las personas que visita con emoción los centros comerciales o busca opciones en Internet para dar obsequios a todos los integrantes de su familia, pero se olvida de comprar algo para sí mismo? Navidad es la época en la que se realizan diversos intercambios de regalos entre amigos o personas cercanas, algo que está bien porque genera sentimientos positivos en quien lo entrega, pero también debe ser un tiempo para reflexionar en lo que necesitamos y autoregalarnos, ¿por qué? Aquí te lo explicamos.

Preparar un regalo para una persona implica varias acciones como indagar sobre sus gustos, saber qué podría querer, investigar precios, ver lugares de venta, comprarlo, envolverlo y escribir la dedicatoria. Todo este proceso requiere de tiempo y dedicación, si queremos dar lo mejor.

Es aquí donde aflora la pregunta: si haces todo eso por un familiar, pareja o amigo, ¿por qué no hacerlo por nosotros mismos?

Dedicarnos tiempo y premiarnos por los logros obtenidos del año ayudará a reformar nuestra autoestima, a sentirnos merecedores de momentos de felicidad, darnos tiempo, en igual proporción del que entregamos a otros.

“Buscamos regalos como un reloj o un celular, pero también puedes regalarte salud, bienestar, cuidado personal, estudios o experiencias, es decir, algo que no pudimos conseguir en el año (...) Nadie mejor que cada uno de nosotros para reconocer lo que nos gustaría o necesitamos”, explicó Tania Guimac, directora ejecutiva de Extensión y Educación Continua de la Universidad de Piura.

Aquí también es importante ver que si exageramos en consentirnos podríamos caer en el egoísmo, lo que denotaría baja autoestima.

“Intentar cubrir necesidades con regalos y consumismo revela vacíos emocionales e implicará llenarnos de artículos que son producto de un impulso”, agregó la especialista.

Para diferenciar estas situaciones, la especialista recomienda abordar algunas preguntas básicas como ¿realmente lo necesito?, ¿cuánto tiempo me demora conseguir esa cantidad? “Analizar las respuestas, nos permitirá reconocer si se trata de un impulso que radica en una oferta, en haberlo visto en un amigo o si se va a cubrir una necesidad real”, indicó.

Hay que recordar que el fin de año es momento para visibilizar las lecciones aprendidas como puede ser la de desterrar la idea de creer “necesitar más cosas”, y valorar que hemos dado lo mejor a las personas que se encuentran a nuestro alrededor.

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