En el Perú, se estima que 50 mil niños y adolescentes padecen de diabetes tipo 1 (DM1), enfermedad autoinmune caracterizada por presentarse altos niveles de glucosa en la sangre, debido a la falta de producción de insulina en el organismo. El diagnóstico de esta condición es más frecuente en las primeras etapas de la vida; sin embargo, el poco conocimiento entre la población, la ausencia de especialistas y la escasez de recursos suponen una alta tasa de subdiagnóstico de la condición.
Según el doctor Segundo Seclén, presidente de la Asociación Latinoamericana de Diabetes (ALAD), “la falta de un diagnóstico temprano puede generar problemas microvasculares como daño renal y ceguera, afectación del coeficiente intelectual y deterioro de la salud mental, por lo que un manejo oportuno resulta clave para alcanzar un control glucémico óptimo y proteger la calidad de vida de los niños y adolescentes en el país”.
¿Cómo identificar la diabetes tipo 1 en niños?
Los síntomas más frecuentes de incluyen aumento excesivo de sed, pérdida repentina de peso (que puede ir acompañado de un incremento en el apetito), micción frecuente y falta de energía.
“En el caso de niños y adolescentes, el manejo de la diabetes tipo 1 puede resultar complejo debido a los cambios propios de la edad como el desarrollo físico, dificultad para verbalizar los pensamientos, ser quisquillosos con la comida o variaciones en el comportamiento”, recalcó. Por ello, es necesario prestar especial atención a los signos y manifestaciones de la enfermedad.
1. Micción frecuente y sed excesiva: el exceso de glucosa en la sangre conduce a la eliminación de grandes volúmenes de orina, lo que a su vez desencadena una sed excesiva como mecanismo de compensación. En algunos casos, se puede desarrollar incontinencia como consecuencia de la diabetes.
2. Cambios en los hábitos alimenticios: la pérdida de glucosa, y su utilización deficiente por el organismo, despiertan el apetito, lo que se refleja en una mayor cantidad de alimentos ingeridos dentro de un rango de tiempo menor al regular.
3. Pérdida de peso: el consumo de un mayor volumen de alimentos no llega a compensar la disminución de reservas calóricas, lo que ocasiona la pérdida de peso corporal.
4. Fatiga y cansancio: la suma de todos los factores anteriores representa una pérdida significativa de calorías, lo que lleva a los pacientes a un estado de agotamiento, somnolencia y falta de energía que les impide realizar actividades cotidianas.
El Dr. Seclén indicó que la DM1 tiene un gran impacto en la vida de los niños y adolescentes que la padecen, afectando su desarrollo. Actualmente, añadió, se estima que menos del 1% de pacientes tienen acceso a dispositivos de monitoreo continuo de glucosa; así mismo, en Perú aún persiste el uso de insulina humana como tratamiento, con la cual, se ha demostrado, no se logra un manejo efectivo de la enfermedad.
Por otro lado, destacó que hoy existen soluciones avanzadas disponibles para el tratamiento de la DM1 como los sistemas de administración automatizada de insulina (AID), dispositivos que permiten asegurar una dosificación más precisa y efectiva, evitar las hipoglucemias (nivel de azúcar bajo en la sangre) y reducir la cantidad de inyecciones necesarias para el suministro de insulina requerido.
“Estos dispositivos han demostrado ser efectivos para mejorar la glucemia en el tratamiento de la diabetes tipo 1, por ello es prioritario promover su implementación y ampliar el acceso a tecnologías médicas que permitan alcanzar el control óptimo de glucosa y reducir las complicaciones. Esto es clave para aumentar las expectativas de una mejor calidad de vida, tanto para los pacientes como para sus familias”, finalizó.