Gracias a los beneficios en el desarrollo de huesos y dientes que contiene el calcio presente en la leche, además de sus nutrientes y micronutrientes esenciales para el fortalecimiento de la masa muscular, la visión, las funciones nerviosas y el refuerzo de las defensas, este alimento es necesario como parte de la dieta diaria de un niño en etapa escolar, pero ¿Cuál es la cantidad necesaria que necesita consumir?
Son muchas las propiedades de la leche; sin embargo, existen cantidades recomendadas para niños en las diferentes edades, principalmente durante el tiempo en que asisten al colegio. En este contexto, la transnacional sueca Tetra Pak comparte algunas recomendaciones de la Federación Panamericana de Lechería (FEPALE) sobre las porciones de esta bebida que debe consumir cada niño según su edad para aprovechar al máximo las propiedades nutritivas y beneficios en su organismo:
● 1-3 años: 2 porciones
● 4-8 años: 3 porciones
● 9 -18 años: 3 a 4 porciones
Se debe tomar en cuenta que cada porción equivale a una taza o vaso de leche (común, descremada, deslactosada) de 200 a 250 ml.
Respecto a la cantidad total de calcio que deben consumir, el Instituto de Medicina de la Academia Nacional de Ciencias indica que desde el primer al tercer año de edad, los niños deben consumir 700 mg de calcio; luego desde los 4 hasta los 8 años incrementar esta cantidad a 1000 mg y durante la adolescencia, entre los 9 a 18 años, alcanzar los 1300 mg.
Otro dato importante a considerar es que, a la hora de elegir leche, esta debe contar con un envase seguro que garantice su inocuidad y la proteja contra cualquier agente contaminante que pueda resultar perjudicial para la salud de los niños.
Ante ello, los expertos recomiendan adquirir este producto en envases asépticos, como por ejemplo, los envases de cartón para bebidas de Tetra Pak, ya que poseen 6 capas de protección y tecnología UHT. El primer atributo permite conservar todos los valores nutricionales del producto y preservarlo sin necesidad de refrigeración ni conservantes, mientras que el segundo se emplea en el proceso de envasado para proteger el alimento ante cualquier tipo de microorganismo.