Si es que se tiene  una tarjeta activa, se sugiere realizar cualquier tipo de compras con ella así sea de montos mínimos. (Foto: gob.pe)
Si es que se tiene una tarjeta activa, se sugiere realizar cualquier tipo de compras con ella así sea de montos mínimos. (Foto: gob.pe)

Los desafíos financieros son una constante en la actualidad, razón por la cual muchos recurrimos frecuentemente al uso de tarjetas de crédito como una herramienta común para hacer frente a diversos gastos. No obstante, es crucial señalar que, a pesar de que estas tarjetas ofrecen alternativas de financiación, su uso excesivo y sin un control adecuado, puede afectar negativamente el manejo regular de las deudas, entonces ¿cómo emplearlas correctamente y no ocasionarnos problemas?

Es aquí donde entran a tallar la planificación financiera cuidadosa y la organización. Ambas son fundamentales para evitar complicaciones a largo plazo.

“Una de las principales ventajas de usar la tarjeta de crédito es que permiten tener un disponible siempre en el bolsillo además de la flexibilidad en las formas de pago a corto o largo plazo y el aumento de millas para viajes con descuentos. Sin embargo, es importante que los usuarios tengan una correcta educación financiera para evitar peligros contables”, comenta Enzo Giampier, especialista financiero.

Cómo usar hacer un buen uso de las tarjetas de crédito

  • Elaborar un presupuesto: Es indispensable identificar los ingresos netos y los gastos fijos que se tendrán, teniendo en cuenta la importancia de cuestionarse si se podrá contar con ingresos extras, como el pago de aguinaldos o gratificaciones, para poder generar gastos con seguridad. Crear una lista de compras o pagos ayudará a priorizar necesidades y evitar gastos innecesarios.
  • Programar pagos: Para evitar pagar altos intereses de la tarjeta de crédito de manera repentina, se recomienda que en meses de mayor consumo económica se use la técnica financiera del “ruleteo”, la cual comprende posponer la deuda para el siguiente mes, de modo que el comprador tenga un tiempo prudente de pago y organización.
  • No dejar de usar la tarjeta: Si es que se tiene una tarjeta activa, se sugiere realizar cualquier tipo de compras con ella así sea de montos mínimos. Esto para no dejar de generar fluidez económica mensual y para aplicar a los grandes y exclusivos descuentos que se ofrecen en diferentes sectores del mercado. Tales como ofertas y descuentos en productos y cupones.
  • Elegir sabiamente el financiamiento: En casos estrictamente necesarios, es recomendable solicitar un financiamiento. Cuando no se dispone de efectivo suficiente, se puede solicitar un préstamo de emergencia ya que tiene menos intereses que pagar con una tarjeta de crédito. Antes de solicitarlo, analizar las cuotas mensuales que se deberán pagar y si podrán ser cubiertas dentro del presupuesto personal para que no se tengan futuras complicaciones financieras.

“La tarjeta de crédito es un instrumento financiero muy importante, que puede salvar muchas urgencias, en especial si se le da un uso correcto como medio de pago y no de endeudamiento. Por ello, siempre es importante tener un asesoramiento previo a cualquier uso que se le quiera dar”, añade Giampier.

Finalmente, tomando en cuenta que el uso responsable del crédito es positivo porque permite apalancarse financieramente, la sugerencia es adquirir créditos que estén dentro de las capacidades de pago. Asimismo, si el comportamiento del consumidor es positivo y crea un buen historial crediticio, le ayudará a poseer una buena reputación que le abrirá las puertas a otras opciones de financiamiento. Por ello, siempre es recomendable acudir a un asesor financiero para tener una mejor orientación.