Primero estaban alentando desde afuera, quizá con la ilusión de que los seleccionados dentro del estadio pudieran oírlos. Cantaron, gritaron y apoyaron.

Luego les tocó ingresar a la tribuna de occidente del estadio Nacional. Pudieron observar algunos minutos a sus ídolos, pero nunca dejaron de expresar su apoyo. Vale.